Calle Santa María de la Vid, 14
Valladolid
Tel. 983 454 994
www.restauranteatypikal.com
Lo «Atypikal» es lo necesario
La ruta gastronómica por Valladolid y alrededores va llegando a su fin, y toca hacerlo en uno de los locales fetiche de @esdoctorchef, un local que por lo visto, o lo odias o lo amas, así que su nombre ya te pone en situación.
Atypikal se encuentra al otro lado del Pisuerga, es decir fuera del meollo vallisoletano y lo primero que llama la atención es su pedazo terraza, su estética “chic” y su horario ininterrumpido. Y es que lo que en Valencia sería el típico bar de copas de la zona del Eixample, que aquí también lo es, esconde un restaurante con una cocina fusión arriesgada, sorprendente y con una bodega al nivel de los grandes restaurantes.
La mayoría de quejas que leo son respecto al hecho de no existir una carta física en la que poder valorar precios y poder hacerte una idea de a cuanto ascenderá la cuenta final. Puedo llegar a entenderlo y más cuando se sigue trabajando con QR’s y por tanto la actualización de las sugerencias del día es fácil y rápida. Aún así, me fastidia más no tener un papelito donde leer los fuera de carta, sea con o sin precio, para poder releer, en vez de memorizar cada uno de los platos cantados por el camarero. Pero lo que más me sorprende es que no haya carta de la espectacular bodega que aquí se maneja, y es que elegir “a dedo” y de pie frente a la misma es incómodo y poco “chic” sobre todo habiendo comensales justo delante.
Respecto a la cocina, sorprende la capacidad creativa de Rodrigo y es que salir airoso en todos y cada uno de los palos que aquí se tocan… lo mismo te comes un espectacular corte de carne, que unas fresquísimas zamburiñas o incluso unos nigiris. Y ni tan mal. Una pena no haber podido coincidir con él y charrar un ratejo.
Como no empezar con su famoso yakitori de brócoli, o lo que es lo mismo, una mini brocheta con coliflor verde. Escúchame, lo que Rodrigo ha metido aquí con algo tan simple sorprende desde el primer bocado. Textura, acidez, picante, salinidad… pídete 6 (por persona). Al igual que las croquetas, muy sabrosas aunque falta de tropezones para mi gusto especialmente en las de jamón.
Llegan los nigiris y aprueban con nota. No es un arroz suelto como se podría esperar de un buen restaurante japonés pero en boca no resulta para nada gomoso, una pena que el famoso nigiri de huevo de codorniz y trufa use sucedáneo de la trufa y no una recién rayada como podríamos esperar. También es cierto que el de Hocho es prácticamente igual pero sigue estando un peldaño por encima. A la miniburger sin embargo no se le puede poner ningún pero.
Como principales, una muy buena presa ibérica y una parpatana de atún que fue sin duda la reina de la fiesta. ¡Qué barbaridad! Ojalá muchos chuletones se parecieran en algo a esta maravilla. La presentación no era nada del otro mundo pero hacía mucho tiempo que no comía algo tan perfectamente cocinado.
Atypikal me ha gustado tanto que bien merece la pena salirse de la zona de confort del centro de Valladolid, descubrir un nuevo barrio y ver que en lo que a priori puede ser un bonito bar de copas esconde una cocina muy diferente a lo que puedes encontrar en la ciudad y además con un calidad notable. Me fui con ganas de más, sobre todo de probar algo de conchas o piezas de pescado de las que me han hablado tan bien, pero estaba claro que un domingo de Semana Santa no iba a ser el mejor momento. Por eso se que Atypikal será mi primera visita en cuanto vuelva a pisar tierras vallisoletanas y no tengo duda que la experiencia será aún mejor. Ansiando volver.
Lo mejor: Jugársela en tierra de clasicazos
Lo mejorable: Una bodega escrita sería ideal
Lo peor: No pude probar conchas ni marisco
Atypikal
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