
Avenida de Juan Pablo II, 54
Granada
Tel. 958 15 70 04
www.barfm.es
Alhambra, Generalife y Bar FM. En ese orden
“En el paraíso no hay forma de saber
Si fuera está lloviendo, y no importa
El tiempo es infinito y puede ir al revés
Tan solo pide por esa boca”
La Alhambra de Granada, con más de dos millones de visitantes al año no sólo es el monumento más visitado de España, sino que es el principal reclamo de quienes visitan esta maravillosa ciudad en la ladera de las montañas de Sierra Nevada. Para los que la conocemos bien, visitarla de vez en cuando tiene otro motivo de similar interés, comer en uno de los templos del producto del país. El Bar FM. ¿Y dónde está el Bar FM? Pues a tomar por saco de la Granada, llamémosle “normal”, y aun así, en mitad del páramo, el paraíso.






Este paraíso gastronómico, que empezó hace cuarenta años como un bar de desayunos para los trabajadores del barrio, comenzó a finales de los noventa a dar forma a lo que es hoy en día. Sigue regentado por el matrimonio Francisco Martín y Rosa Macías, todavía al pie del cañón y demostrándonos que aún les queda cuerda para rato. En sala, su hijo Paco, Sergio y José con el uniforme canónico de camarero de toda la vida harán que tu experiencia sea todavía mejor. Sentado en barra, como tiene que ser, echen un ojo a la pizarra de entrada, disfruten de la vitrina e incluso pidan la carta si quieren, pero aun eligiendo algo que llame tu atención, déjense llevar.






El mar es imprevisible y no siempre hay de todo, pero rara vez falla el producto estrella, y que no debes dejar pasar. Son las quisquillas de Motril, son las mejores que vas a probar en tu vida, así que hazme caso y pídelas, primero crudas, y como Second Round, acariciadas por la plancha. Un manjar sin parangón, que no sólo demuestra la calidad de lo que aquí llega, sino del trato exquisito que el producto recibe.






Si el marisco en su totalidad es sublime, dejen paso para las conchas, en especial para las almejas de carril (en crudo si puede ser) o salteadas si las queremos para todos los públicos, y unas cañaíllas, tamaño trompeta australiana que difícilmente podrás encontrar por los alrededores. Curiosamente, su pulpo seco, uno de los platos más icónicos del FM nunca me ha parecido nada del otro mundo. No sé muy bien porqué, pero en comparación con los harto conocidos por tierras dianenses, donde el nivel de este manjar suele ser notable hasta en los locales más cutres, digamos que el de aquí me resulta sin más. Quizás sea cosa de la berza en la base… ni idea. Eso sí, lo mismo que te dije de las quisquillas, te lo digo de las puntillitas a la plancha, clasificadas por tamaño y limpiadas una por una con la misma precisión que un relojero suizo. Y es que esa plancha…






Terminar con algo de pescaito frito es algo que también deberíamos hacer, porque si la plancha andaluza es importante, ¿qué te voy a decir de la fritura? Boqueroncitos, salmones, pijotas, taquitos de rape, ortiguilla… Ahora súmale a este festival unas cuantas copas de generoso, una sobremesa disfrutando de las conversaciones de los parroquianos y cuando ya no quede género de ningún tipo, vuelve a Granada, a la que todos conocemos.
«Para atraer un turismo gastronómico de calidad, más vale tener 100 establecimientos como el FM que dos o tres con estrella Michelin» Ferran Adrià.
Lo mejor: El producto en general. La quisquilla en particular
Lo mejorable: Cuidado con los Precio/Gramo de carta
Lo peor: La terraza te aísla del concepto

Bar FM
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