Calle Ramón Llull, 1
Valencia
www.beginrestaurante.com
La foscor
Ejemplo a seguir para muchos (empresarios e inversores), no tanto por otros muchos (cocineros o gente del gremio). Es una de las cadenas más rentables de la ciudad, y su expansión es cada vez mayor. Quizás no sea el modelo a seguir de las escuelas de cocina, pero sí de cualquier facultad de economía (y RRSS).
Fue en Marzo de 2013 cuando vio la luz el primer Saona en Valencia. A día de hoy suman 55 locales en toda España. En Octubre de 2017 nace Voltereta, el boom que reventó Instagram y nos dejó claro un mensaje. Si a día de hoy quieres triunfar con un restaurante, invierte más en interiorismo que en cocina. Tu feed te lo agradecerá. Desde hace unos años y para completar la trilogía de la familia Calvo, llega la cadena de restaurantes Begin, una oda (según ellos) a la cocina saludable y la sostenibilidad.
Entrar en Begin, ya sea en el de Cortes (el Origen), el de Ramón Llull (el Invernadero) o en el de Alameda (la Huerta) es entrar en la penumbra, y no sólo en la oscuridad de comer sin apenas luz sino en la falta de luces de otros muchos aspectos. Y no te hablo sólo en cuanto a la cocina o la comida sino en un servicio agradable, pero al que no le puedes exigir mucho más. Todos los Begin, al igual que todos los Voltereta tienen un target de cliente muy claro y que además disfruta en estos sitios como en ningún otro. A mí sinceramente me sigue sorprendiendo, pero para gustos, colores. Está claro que no son sitios caros, y que hay platos para todos los gustos, pero es que algunos de ellos no hay por donde cogerlos.
El lugar, o mejor dicho, los lugares son una auténtica falla de cartón piedra. Todo huele a artificial, desde las plantas que abarrotan las paredes, hasta la propia comida. No voy a entrar a juzgar el tema de la quinta gama pues hasta en los grandes restaurantes nos la meten a diario, pero también soy consciente que dentro de este mundo, como en todos, hay diferentes calidades, y por tanto unas veces se nota más, y otras menos. Tampoco voy a juzgar el tema de las cocinas centrales en una nave industrial de Paterna que luego reparte en cada uno de los muchos locales bien entrada la madrugada. ¿No lo estoy juzgando verdad?
Pero sea como sea y trabajes como trabajes, curratelo un poquito joder, que somos cocineros y quizás, irte al último eslabón de la cadena en todos y cada uno de los aspectos pierde un poco (bastante) la magia de todo proceso de creación. Haz las salsas in situ, no me digas que las croquetas son caseras, mucho menos que no se le puede quitar un ingrediente a algo “porque ya viene así” (…)
Empezamos con los entrantes y llegan en tropel. ¿Qué quieres que te diga? Como porque tengo hambre. Pero no ves ilusión, ni cariño, ni un plato que hoy pueda estar mejor o peor que el que puedas comerte mañana. La mazorca está buena, al igual que la coca de sardina o incluso la salsa (pero sólo la salsa) que acompaña el tiradito de atún, pero el ceviche al estilo ecuatoriano es un insulto a todo Ecuador, los bastones de boniato están insulsos y flácidos, como la típica varita mágica a la que le salen mal todos los trucos, pero lo más preocupante es ese plato que puede llegar a evocar al dios Baco, pero en este caso con “v”, entiendo que para echar por tierra esas pocas ilusiones que hayas podido hacerte.
Nombre: Vacanal (del latín: Bacchanalia pero con uve)
Precio: 2,90€ (igual que el blister de 100grs de paleta Duroc de la marca La Hoguera en el Consum)
Descripción: Carpaccio de solomillo de ternera criado en libertad, pasta de trufa italiana, escamas de parmesano y tomate rallado de la huerta valenciana con un hilo de aceite de oliva arbequina (ole tus huevos gordos)
Conclusión: Sueña tu vida, vive tu sueño.
Tuve la osadía de probar a palo seco el arroz que acompaña el curry japonés y he de confesar que es posiblemente el peor arroz que he probado nunca. No te exagero si te digo haber comido papeles de periódico con más gracia que aquello. ¡Fue tal mi reacción que tuve que preguntar ipso facto por el origen de aquel grano! Viene el chico y me contesta algo dubitativo que “es de S-O-S (sí, letra a letra)”. Socorro es lo que grito yo. La pizza, pasa el corte, el costillar del fuego no. Los postres no están mal, la facturación del local aún mejor.
Por cierto, Begin tiene solete Repsol. Gallina Negra también. Lo siento.
Lo mejor: El modelo de negocio es para quitarse el sombrero
Lo mejorable: Un poco más de cariño en la cocina por favor
Lo peor: Poner la comida en el último puesto de importancia
Begin Restaurante
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