Calle de Miquel Adlert i Noguerol, 3
Mislata, Valencia
Tel. 670 327 668
www.beluarestaurante.es
Necesito la excelencia «Arginzoniz»
– ¿Sabes cómo se comunican los veganos?
– Con señales de hummus.
Para todos aquellos a los que no les haya ofendido este chiste tan malo, pasen al único restaurante especializado en carnaza de la ciudad de Valencia. Aquí hay sí que hay señales de humo de las de verdad.
¿Sabéis lo que me mola de @encuinarte? Que por norma general suele ir al menos un par de veces a los sitios antes de opinar, por eso de que un buen o mal día lo puede tener cualquiera. Con Beluá siempre he tenido sentimientos encontrados y si hubiera opinado en mi primera visita no habría sido lo objetivo que debiera. Pero tras varias idas puedo afirmar que tiene cosas que me gustan, y otras que no me gustan tanto.
Me gusta mucho que hayan convertido Mislata en el destino valenciano por excelencia en cuanto a los que buscan una buena chuleta, y es que aunque parezca mentira, Valencia no tenía ningún sitio así. Alicante tiene su Templo y Ca Joan (Altea), y Castellón, su Instinto Carnívoro, pero ¿qué pasaba con la capital? Hay buenos restaurantes donde comer un buen chuletón, pero ni es su especialidad ni hay maduraciones extremas. Pero no me gusta que la calidad en esas mismas carnes sea a veces irregular o peor aún, que haya cortes de +300 días que se queden en un sabor totalmente plano. Yo pagar, pago lo que haga falta, pero quiero que cada mordisco me haga llorar.
También me gusta mucho el servicio, pero sólo hasta que el restaurante está como máximo al 60%. Luego baja considerablemente tanto en lo profesional como en los gestos, y eso en un sitio así no debería suceder en ningún momento. Y sobre el steak tartar (y a sabiendas de ser el único que lo piensa) lo siento pero creo que no es nada del otro mundo. Usan solomillo, como en la mayoría de sitios y aunque sea la parte más tierna, también es la más insípida así que o te lo curras con el aderezo o na’ de na’. Sea como fuere, pídelo y me cuentas tú opinión. Yo lo he pedido en todas mis visitas y solamente en una de ellas me pareció algo acorde a lo esperado.
Una buena forma de empezar en Beluá antes de pasar al verdadero espectáculo sería con unas croquetas o con una notable cecina (sí, mejor que el carpaccio de buey). Es más, creo que hasta el chorizo o la empanada, sin ser las del Asador Cruz Pampa son bastante correctas y es que junto a la salsita criolla, que no chimichurri, son un par de bocados muy interesantes. Las vieiras no valen absolutamente nada y aunque las enmascares con mil toppings siguen sin valer nada. De hecho, no saben ni a brasa. Ahórratelas porque encima son más de 20 pavos. Sin embargo, el plato de alcachofas, aunque son 18€ y sólo vienen dos unidades partidas por la mitad, al menos saben a brasa y vienen acompañadas por esa misma cecina a la que no me importaría pedirle “de salir”.
Y ahora el momento de la verdad y motivo principal por el que se viene hasta aquí. La carnaza. Lo de la hamburguesa es algo incontestable en todos los aspectos, una voladura de cabeza que te deja en coma desde el momento en el que te permiten probar la picada en crudo (detalle brutal). ¿Recuerdas tú primera vez? Eso es algo que nunca se olvida, ¿verdad? ¡Pues este primer bocado tampoco! Aviso que es tan extremo que si la carne de Hundred os parece “fuerte”, lo de aquí es Napalm.
Y eso que hace tan especial a la burger, y es motivo más que suficiente para acercarte a Mislata, es lo que a veces echo en falta en los chuletones, ya sea de rubia gallega, de buey, o de más o menos maduraciones. En Ca Joan he probado cortes de dos años que me han cambiado la vida, pero también lo han hecho maduraciones de apenas 45 días en Etxebarri o Napicol y es que no es sólo cuestión de maduración, pero lo que si tengo claro es que en un sitio como Beluá ningún tipo de carne debería pasar sin pena ni gloria, mucho menos que ciertos cortes salgan de brasa con un sellado que no sea perfecto (véase el corte de Especial de 1.100grs). Dudo mucho que el propio Diego le diera el visto bueno.
Otro tema es lo de acompañar las chuletas con unos piquillos de bote o unas patatas fritas frías. A ver, lo de los pimientos ya lo he dicho más de una vez e incluso a Edu Espejo de Flama se los eché para atrás en mi primera visita. Por mucho pimiento del piquillo de La Catedral que se preste, no basta con abrir el bote y emplatar, eso ya lo hago yo en casa. Ahh y lo de que sean las 23:27, te pida una tabla de quesos como postre y me digas que no puede ser porque la cocina está cerrada (…) “¿Y qué hacemos? Porque yo tengo hambre…” “Tartas sí, pero quesos no” Respuestas así por parte del equipo no molan nada. Entiendo que no pueda pedirte más carne por el tema brasas y tal, pero aún así, si tampoco me informáis o me preguntáis si voy a querer algo más por avisar a cocina, pues vamos mal.
Demasiados detalles feos para un local que a día de hoy es la referencia carnívora en la ciudad. Y es una pena porque cuando los astros se juntan y coincide que te toca una buena chuleta y un servicio a la altura del restaurante, sales con la gozadera por bandera, pero es tal la irregularidad que me jode infinito estar siempre con la duda de saber qué me voy a encontrar. Pero eso sí, detalles como tener ese Stilton macerado en PX, o por esa hamburguesa… MA-TO.
NOTA: A escasos metros del restaurante tienen su propia tienda gourmet en la que puedes comprar cortes de carnes premium para cocinar en casa.
Lo mejor: La burger de buey es el clímax
Lo mejorable: La irregularidad en ciertos cortes
Lo peor: Varios detalles del servicio de sala
Beluá
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