
Entrada Casa El Llarc, 1
Valencia
Tel. 963 757 970
www.restaurantealqueriadelbrosquil.com
Para nosotros, para todos
Para los gordos. Para los flacos.
Para los altos. Para los bajos.
Para los optimistas. Para los pesimistas.
Para las parejas. Para las familias.
Para los de aquí. Para los de allá.






Comer en una antigua alquería rodeada de naranjos y en mitad de la huerta puede ser la estampa perfecta para todo buen valenciano que quiera disfrutar de una paella com Déu mana. Ahora bien, aún habiendo todavía sitios en los que es posible hacerlo, no todos están a la altura de las circunstancias, véase el caso de Casa El Famós y su bajonazo sin frenos. Por suerte, la Alquería del Brosquil, al igual que su hermana la Alquería del Pou están peldaños muy por encima y son el lugar ideal para cualquier tipo de visita, ya sea con la familia, en pareja o para cerrar un negocio con maletines de por medio.






El restaurante es enorme, y sin embargo no tienes la sensación de estar en un salón de bodas. ¿Culpa de ello? Un servicio, que aunque en algunos momentos pueda estar desbordado, nunca pierde la sonrisa y la profesionalidad, y es que amigos, El Brosquil lo peta a diario, no importa el día ni la hora, así que sobra decir que reservar se convierte en algo obligatorio y con varios días de antelación. Eso sí, intenta evitar a toda costa el pequeño salón junto a bodega. Es su salón comodín e intentan llenarlo cuando los demás están completos y eso se nota. No es que sea malo, pero te aísla bastante de lo que sería comer en el comedor principal o en su espectacular terraza acristalada con vistas a los naranjos.

En cuanto a la comida, una cocina valenciana en la que no faltan los típicos buñuelos de bacalao, el esgarraet o una muy buena titaina. Tampoco podría faltar el all i pebre y alguna que otra sorpresa fuera de carta y muy bien resuelta como unos fabulosos bouchot, tortillita de camarones o la fritura variada. Sí, ya se que esto último no tiene nada de sorprendente, pero es que visto lo visto en otros sitios donde el concepto variado se traduce en unos pocos boquerones aceitosos y algún que otro salmonete, pues creo que aquí merece mención.








Encontraremos también palayas, molleras, calidad, cantidad y a doce euros la ración. Una fritura excelsa, ligera y sabrosa a partes iguales. Tampoco faltan las típicas tellinas, unas prescindibles bravas o una interesante sepia con habas que si estuviera más “bruta”, estaría infinitamente mejor.






Pero aquí se viene a lo que se viene y terminar con un arroz es casi el motivo principal. Los hay para todos los gustos, secos y melosos, y aunque es cierto que la paella valenciana (con pato y caracoles) a 16€ la ración es la más demandada y mejor resuelta, el resto no tienen nada que envidiar. Como siempre digo, al arroz hay que llegar con hambre y es por eso que pedir una ración menos al número total de comensales es un consejo que deberías empezar a aplicar. Hasta los postres de esta casa están buenos, se notan caseros y el detalle final de servirte esa coca con mistela es un ejemplo más de la hospitalidad que aquí se respira.






La Alquería del Brosquil podría jugar perfectamente en la misma liga que Casa Carmela o Napicol. Quizás no tenga el mismo producto que el restaurante de Toni Novo o los fondos y creaciones de Chemo Rausell, pero para lo que viene siendo tomarte un buen arroz en un enclave casi mágico, el restaurante de Castellar es el sitio ideal para salir muy bien comido y pagando menos dinero. Un ejemplo claro de ¿por qué cojones esto es un solete y no un solazo como la copa de pino? ¿En serio esto merece el mismo galardón que La Sangu o Begin? Really men!? ¡Venga hombre!
Lo mejor: Gran restaurante con excelente relación calidad-precio
Lo mejorable: El tercer salón junto a bodega y servicio en hora punta
Lo peor: Llegar a la alquería implica hacerlo en coche

Alquería del Brosquil
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