El Celler de Can Roca

Carrer de Can Sunyer, 48
Girona, España
Tel. 972 222 157
www.cellerdecanroca.com

El mejor Restaurante del Mundo

¿Es en el Celler donde mejor he comido? No
¿Es en el Celler donde mejor me han hecho sentir? No
¿Es en el Celler donde he visto el mejor servicio? No
Entonces, ¿es el Celler el mejor Restaurante del Mundo? Rotundamente sí.

Y es que aquí todo es perfecto, desde el momento en el que entras, hasta el momento en el que sales. El hecho de conseguir mesa en el restaurante ya es un reto que conlleva una larga espera (hablamos de reservas a casi un año vista) y eso también le da cierto aire de excelencia al hecho de que finalmente llegue el día. De hecho, poder ir tan a menudo perdería la gracia.

Yo intento ir una vez al año y el ritual está claro. Llegar sobre las 12 de la mañana a Can Roca, el bar de la madre, el bar donde empezó todo. Tomarte el aperitivo en la barra hablando con la parroquia y observar como entran y salen todos los stagers del Celler, comiendo donde hay un hueco y comentando entre ellos su día a día. Ver entrar y salir a los hermanos Roca con un plato de lentejas en la mano mientras le dan un beso a la madre… eso dice mucho de ellos.

Una vez terminado el aperitivo y cuando el bar se vacía de becarios, es hora de ir hacia el Celler de Can Roca (recomiendo empezar pronto), disfrutar del jardín con tu copa de cava y empezar el festín ya en tu mesa. Aquí, es obligatorio ir al menú largo y acompañarlo con el maridaje, sólo así disfrutarás de una experiencia plena. Me da igual que no seas de vino, que prefieras una única botella para toda la velada. Yo aquí te recomiendo que no lo hagas. Es más, pide una visita a la bodega del “Pitu” Roca y entenderás muchas cosas.

El mejor cocinero del mundo, el mejor sumiller del mundo, el mejor pastelero del mundo… no creo que en esta reseña valga de mucho hablar de la comida o del bebercio, podríamos estar horas y horas, además, es preferible no hacer mucho spoiler. Aún así debo destacar ciertos platos del menú actual como la Olivada, la “simple” tortilla de calabacín, el brioche de trufa de verano (un amigo mío no le gustaba la trufa, como que le huele a gas… hasta que probó esto), o la cigala con sobrasada.

Todos ellos son platos que rozan la perfección, no sólo en cuanto a un sabor sorprendente que al fin y al cabo es lo que busco en estos sitios, sino a los emplatados, las técnicas empleadas en cocina o la manera de presentarlos en mesa. El festival se compone de unos 30 pases y aunque hay platos más flojos que otros, todos ellos son de un nivel muy elevado y; super importante, muy equilibrado y para nada pesado.

No te quedes sólo con la comida, valora el lugar, valora a los hermanos como genios que son, por como siguen siendo tan humildes como cuando empezaron y porque, vayas cuando vayas, siempre los verás allí, en su casa, haciendo que esta experiencia que debes hacer al menos una vez en la vida sea perfecta.

Esto último que parece una gilipollez, para mí es sumamente importante. Cuando pagas 300€ por comer en un sitio como este, en parte es por la persona que está en cocina. Si no va a estar ese día, deberían avisarte y al igual que tu debes confirmar o anular la reserva con anterioridad, también tendrías que tener el derecho de decidir si pagas lo mismo con o sin cocinero como tal.

En la Osteria Francescana [reseña aquí], lo mejor fue la presencia de Massimo. En Mirazur [reseña aquí], un gran menú fue empañado por la tomadura de pelo de Mauro. Pongo estos ejemplos porque han sido también dos de los mejores restaurantes del mundo en los últimos años, ambos con tres estrellas Michelín.

El Celler de Can Roca también tiene la misma calificación, sin embargo, está a años luz del resto.

Lo mejor: Todo
Lo mejorable: Sistema de Reservas
Lo peor: ¿¿¿Dónde está la bola del Mundo de los snacks???

El Celler de Can Roca
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