Carrer la Roca, 4
Roses, Girona
Tel. 638 001 846
www.elbullifundation.com
La realidad está equivocada. Los sueños no
El 5 de Marzo de 2009, como cada año, era mi cumpleaños. Ese mismo día en el O2 Arena de Londres, Michael Jackson convoca una rueda de prensa para anunciar su gira musical This Is It World Tour. La última, el mayor evento de la historia de la música.
“Esto es todo. Esta es la última llamada a escena”
1 único estadio
50 conciertos
200€ la entrada más barata
12.000€ la entrada más cara
1.000.000 entradas vendidas
100% del aforo vendido en 4 horas
Yo fui uno de los afortunados en hacerme con una de esas entradas. Mi fecha estaba prevista para un año después. Para su despedida definitiva. Para mi cumpleaños definitivo.
El 25 de Junio de 2009, tres semanas antes del comienzo de la gira, Michael Jackson fallece por un paro cardiorrespiratorio.
“Quiero tomar más leche, por favor, dame un poco” El resto es historia. Mi sueño también.
El 20 de Noviembre de 2009 Ferran Adriá anuncia a su equipo que va a cerrar elBulli durante dos años. El 26 de Junio de 2010 lo hace oficial en Madrid Fusión. Conseguir mesa es misión imposible, pero no puedo no ir. No tengo contactos, no conozco a nadie del gremio. Es mi pasión pero nadie la comparte. El tiempo se agota. El 30 de Julio de 2011 Ferran Adriá sirve la última cena. Se apagan las luces, se baja el telón.
“El Bulli no será El Bulli nunca más” El resto es historia. Mi sueño también.
Estos dos acontecimientos que para muchos no signifiquen nada me pasaron factura y a día de hoy sigo flagelándome con el recuerdo.
El 15 de Junio de 2023, doce años después del cierre definitivo del restaurante que cambió las reglas de la gastronomía abre elBulli1846, un museo para reflexionar sobre el conocimiento, la innovación y el legado de elBulli. La cifra que distingue el nombre del museo, corresponde al número de recetas que allí se crearon y sirvieron. Coincide con el nacimiento de Auguste Escoffier. Más cifras. Más coincidencias.
1846 elaboraciones distintas
160 días abiertos
2.000.000 solicitudes de reserva
7.500 clientes por temporada
5.000 solicitudes de trabajo
1.500 metros cuadrados de jardín
100 metros cuadrados de terraza
250 metros cuadrados de comedor
350 metros cuadrados de cocina
15 mesas en sala / 6 mesas en terraza
18 elaboraciones de chocolate por caja
110 recetas por temporada
35 elaboraciones por persona
1.500 elaboraciones diarias
1.650 referencias de vino
55 copas diferentes / 6 tipos de decantadores
25.000 botellas / 110 botellas por servicio
300 productos diferentes al día
80 proveedores / 325 Denominaciones de Origen
33 cocineros / 7 pasteleros
16 camareros / 4 sommeliers
17 nacionalidades
La llegada fue en un autobús que ofrece la propia fundación desde Roses, atravesando las estrechas y sinuosas carreteras del parque natural del Cabo de Creus. Conforme te aproximas a Cala Montjoi imagino a todos y cada uno de los comensales que se dieron cita en este idílico lugar, antes casi inaccesible incluso para los asiduos. Llegada al parking, se abren las puertas y allí en mitad de la nada nos recibe Lluis Biosca, sobrino de el Juli Soler y uno de los directores de la sala de elBulli desde 1986. Nos da unas breves explicaciones sobre lo que estamos a punto de visitar y apenas avanzo unos metros cuando de repente…
…Lluis García. El que fuera maitre, director de la sala y actual director general de elBullifoundation me da un abrazo, como si me conociera de toda la vida, y eso que no me ha visto nunca, aunque yo sin embargo, lo sepa todo sobre él. No soy Richard Hamilton ni Bob Noto y por contra parece que hayamos compartido mesa en más de una ocasión.
Tras volver en mí y tras las fotografías pertinentes, me giro y ¿casualidad? ¿cosas del destino? ¡Qué más da! Llámalo como quieras. Aparece Félix Chaqués (Félix Chaqués Restaurante) que tiene su ticket para el mismo día y a la misma hora que un servidor. Nos encontramos a 500Km de distancia de sendas casas y parece que vamos a ser los únicos en empezar nuestra ruta por el lugar donde empezó todo. “Historias de una obsesión”
El museo elBulli1846 se compone de cuatro espacios, siendo el edificio histórico, conservado de la manera más fidedigna posible mi lugar por excelencia, donde más de un día he soñado con poder viajar al pasado, sentarme en la famosa mesa 25 con vistas a Cala Montjoi y disfrutar de una larga sobremesa junto a Ferran, Albert y el Juli. Me engallino escribiendo este párrafo.
El primer espacio totalmente exterior gira en torno a la cocina y a la innovación así como un homenaje a todos y cada uno de los Bullinianos que han hecho posible este sueño. Además, se presenta la metodología Sapiens y la majestuosa obra (aún inacabada) Bullipedia. Todo ello tras una pregunta tan aparentemente sencilla como ¿Qué es cocinar?
Fue en el año 1987 en el Hotel Negresco de Niza donde el cocinero Jacques Maximin pronunció una frase casi lapidaria. “Crear es no copiar”.
Estas cuatro palabras provocaron un chispazo en la cabeza de Ferran Adriá y fue el pistoletazo de salida para abandonar su reinterpretación de la Nouvelle Cuisine y dar rienda suelta a su imaginación y comenzar su propio universo, un universo que cambió por completo el paradigma culinario no sólo nacional sino del mundo entero.
“Una esferificación ¿es una elaboración sólida o líquida?”
«Vamos a ofrecer al cliente comer aire»
“¿Un helado tiene que ser siempre frío?«
“Si quieres llegar lejos en la cocina te tiene que gustar más comer que cocinar. Y te tienen que gustar el 99% de las cosas”
De todas las reflexiones y preguntas (algunas sin respuesta) que se/nos ha hecho Ferran Adriá hay una que provocó ese mismo chispazo en mi cabeza y fue el origen de mi pasión, casi obsesiva por la gastronomía en general, y por el comer en particular. Es una obsesión casi enfermiza, preocupante, a veces hasta dañina… “¿La comida realmente se tiene que comer?”
El segundo espacio es el edificio histórico compuesto por el comedor/terraza y la cocina, y como ya adelanté al principio es el más emotivo no sólo por lo fidedigno de la estancia sino por todo lo que allí se recoge. El baño es un collage luminoso de 3.612 fotografías donde se recoge la historia de elBullirestaurante. Justo al lado, la famosa terraza, con sus arcos, su mesa 25… el germen de lo que fue aquel chiringuito de playa que dió paso al mejor restaurante del mundo todas las veces que quiso. Miles de panfletos, fotografías, escritos, el primer contrato de Juli Soler como director de elBulli, el Ferran con su pelazo a lo afro… bufff mucha historia que siempre has visto por otros medios ahora lo tienes justo ahí delante. Poder sentarte en esa terraza disfrutando del sonido del mar e imaginar…
De camino al comedor pasamos por el rincón de Marketta y por una pequeña reproducción de “El último Vals”. Salen cuatro fondues, el último plato de la historia de elBulli como restaurante, y tú tembloroso empiezas a vislumbrar la entrada al comedor, recreado para la ocasión como siempre lo has idealizado. Mantel blanco, las famosas sillas de madera con estampado rojo, los bancos corridos de la pared… te escuecen los ojos, se derrama alguna lágrima.
Te sientas en una de las mesas, piensas, observas algunos de los platos recreados por la técnica Sampuru, cartas de vinos de la época, cuentas reales, todo está pensado al milímetro, hasta el más mínimo detalle. Me imagino a mi alrededor la figura de el Juli paseando por la sala, casi flotando como sólo él lo hacía. Llego a creer que es él quién me invita a continuar la visita señalándome la cocina como próximo destino. No quiero entrar, no estoy preparado, se que me espera el famoso toro (y el torero).
La cocina. El núcleo. El corazón que dió sentido a todo, donde la cocina se convirtió en laboratorio. Donde la gastronomía se elevó al concepto de arte. ¿Lo oyes? Es él. Es el genio hablando en cada proyección que rodea la sala. Nunca esas mesas de operaciones han estado tan vacías, pero ahí sigue, en medio de todo, perpetuo e inmortal el astado, obra y regalo del escultor Xavier Medina Campeny tras su “convivencia” junto al cocinero compartiendo arte como forma de expresión. Crear un lenguaje propio.
En este espacio no sólo se analizan algunos de los platos más icónicos sino materiales e ingredientes (y químicos) usados en la época. Además, se hace hincapié en como se gestionan las reservas, las fichas de clientes y las minutas de diferentes años incluyendo el último menú del año 2011. Más de 45 pases legendarios de un restaurante pionero en quitar las cartas, en apostar por la obligatoriedad de un único menú degustación para todos los clientes, en que la cocina debía salir a sala, interactuar con los comensales y lo más importante. A la hora de comer se puede jugar igualmente con el tacto, el olfato, la vista…
El tercer espacio está dedicado a las relaciones interdisciplinares, que enriquecieron y retroalimentaron la capacidad innovadora de elBulli. De como el la arquitectura, la pintura o incluso el diseño industrial del propio Luki Huber puede tener la misma importancia que la comida en sí. De la repercusión que tuvo tanto para cocina como para sala un viaje a Japón.
Es una sala en la que no sólo podremos disfrutar de todos los premios, portadas de revista, periódicos, muestrario de vajilla sino también de esos apuntes que se han ido tomando a puño y letra sobre grandes cocineros que han pasado por el restaurante sino del propio Ferran Adriá. Puedes tomar asiento y pasarte horas y horas buscando la inspiración. Quizás sea allí donde puedas entender las locuras de un genio, las genialidades de un loco. Es todo tan inmenso que a estas alturas de la visita llegas extasiado, todo te supera, todo es demasiado.
Y el cuarto y último espacio conocido como elBulliDNA es un espacio polivalente en el que se muestran los proyectos realizados por la propia fundación, así como un breve video en el que vemos como un “freganchin” de nombre Fernando Adriá y su hermano Albert Adriá convencen a un joven rockero llamado Juli Soler para hacer de Cala Montjoi el destino gastronómico por excelencia, no sólo de todos los aficionados al comer sino de todos esos cocineros que hoy tenemos como referencia en el mundo entero. Porque sí, porque todos los mejores restaurantes del mundo están influenciados por elBulli y porque sí, porque todo lo que puede llegar a sorprenderte hoy en día lo inventó un equipo de genios que decidió instalarse en un recóndito pero paradisiaco lugar de la localidad gerundense de Roses.
La visita a elBulli1846 es extenuante, hasta tal punto que tu cabeza puede llegar a explotar y las 2-3 horas previstas para la visita se hacen insuficientes. Llegados a este punto, ¿merece la pena la visita? Indudablemente sí. Si eres un apasionado de la gastronomía, no sólo debes ser consciente de porque aquí empezó todo sino del modus operandi con el que se consiguió llevarlo a cabo.
Y si eres un friki del mundo Bulli y/o Adriá como yo creo que superará todas y cada una de las expectativas que tengas, a sabiendas que hará flagelarme aún más si cabe por no haber podido cumplir uno de mis sueños y nunca me lo perdonaré.
Voy de camino al parking a esperar el bus que me lleve de vuelta a Roses. Charlo un rato con Marc Cuspinera sobre la “menestra de verduras”, el plato que marcó un punto de inflexión en la cocina de elBulli, abrazo a Lluis García, le doy las gracias y hasta pronto. Subo al bus, le doy al play, ya no se oye a Ferran Adriá en la audioguía. Por contra, suena Michael Jackson.
The way you make me feel
You really turn me on
You knock me off of my feet
My lonely days are gone
“La creatividad es fácil, lo difícil es tener la idea”
elBulli1846 Fundation
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