Carrer de Josep Benlliure, 111
Valencia, España
Tel. 960 883 498
Fets, mejor. Juanjo, muy bien
En la primera reseña de Fets ya adelanté que iban a pasar cosas buenas. Y es que en menos de un año, no sólo han mejorado de puertas para dentro, sino que se ha convertido en una de mis referencias cabanyaleras.
Al local le sigue faltando algo de calidez, y más ahora en días de frío. Aunque el buen rollo de los chicos de sala, tanto por los ya conocidos como por el nuevo fichaje de Ronda, se agradece, aún falta que se involucren algo más con sus clientes. El cliente habitual y no tan joven lo agradecerán de manera notable.
En la cocina se ha quedado Juanjo en solitario dirigiendo el percal y no tengo duda que el éxito seguirá en aumento. Se nota una cocina algo más refinada en las tapas más sencillas, y en las salsas más tradicionales como es el caso de la crema de cebolla, la americana o el relleno de ciertas croquetas. Platos aparentemente sencillos y tan clásicos que a más de uno no le llamarán la atención, pero que realmente muestran si la raíz del árbol tiene buena mierda debajo.
Por zona, público y oferta es de agradecer esa vuelta de tuerca en platos ya tan omnipresentes hoy en día como las tostas, los molletes o los tartares, aunque no siempre estén a la altura del resto de la cocina. Ese mollete de pollo con tzatziki, las bravas con kimchi… tienen más nombre y reclamo que “toque Fets”. ¿Hay un público que demanda eso? Obvio. ¿Qué lo tienes en otro sitios? También
Sigue habiendo una constante evolución en la carta, con quizás demasiados cambios de una visita a otra, pero donde nunca fallan esos platos para todos los públicos y bolsillos. Y otros algo más atrevidos, que pese a que no siempre salgan bien, como es el caso del magret de pato o la tan difícil salsa Café de París, se agradece ese atrevimiento.
Me gustan mucho las constantes recomendaciones fuera de carta y más con producto de temporada. Esas alcachofas del otro día me fliparon. Infinitamente mejores que las últimas que recuerdo aquí. De ahí que quizás debamos enfrentarnos a una carta algo más fija con esos platos ya iconos de la casa, como las costillas y coco, o el vaca y puerro; y luego unas sugerencias del día.
Me sigue faltando terminar con un plato principal que me haga caerme de culo de la silla, porque pese a tener ese pedazo de mercado a la vuelta de la esquina, me falta un buen corte de carne. Porque sí, porque el lomo alto es mejor que el bajo, porque el sabor está bueno, pero si lo definimos como lomo alto en vez de entrecotte quiero un corte grueso, bien sellado por fuera y rojo por dentro, con sal gruesa y poco más. ¡Cueste lo que cueste! Y lo que me pasa con la carne, me pasa con el pescado. Juanjo, si lees esto, y aún no te has atrevido a meter pescado y marisco en tu carta (entendible por otro lado), avísame personalmente el día que encuentres material bueno en la pescadería, pues te garantizo mi visita esa misma noche.
Fets me gusta, y mucho además. Juanjo se lo curra, se atreve y además es super buen tío. De esos con los que te pasarías una sobremesa (la tenemos pendiente) charlando y bebiendo hasta empezar el servicio de cenas y, entonces, seguir bebiendo.
Lo mejor: Juanjo y su atrevimiento
Lo mejorable: ¡Quiero gambas!
Lo peor: ¿Dónde estás Federico?
Fets
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