Gran Via del Marqués del Túria, 63
Valencia
Tel. 683 737 172
www.restauranteflama.com
Bis a bis de amigos para los amigos
Primer seis manos en el que sí o sí viene a convertirse en una de las aperturas de este 2023, no sólo por el equipo que hay detrás sino por ubicación y concepto.
No quiero hacer mucho spoiler en cuanto a lo que al restaurante Flama se refiere pues prefiero hablar largo y tendido del nuevo proyecto de Edu Espejo y Ricardo Espíritu en un próximo post, pero ya os adelanto que pinta muy bien.
A lo que vamos, visita express del equipo Cañitas Maite (y Oba-) a Valencia y como no, a casa de un amigo al que conocen muy bien, pero un momento, ¿dónde están las otras dos manos de este “seis manos”? Veo a Edu, veo a Javi… pero ¿where is Juan? Y no me refiero a Echanove, que sí estaba sino a Sahuquillo. Vale que no pasa nada, que el menú viene de serie, que estaban tanto Carlos como Gonzalo, pero ese pequeño detalle hay que tenerlo en cuenta y más cuando lo anunciamos como tal. Juan, que sepas que me debes ya dos. La última de Oba- y esta.
Un repaso a través de 14 pases mezclando lo mejor de cada casa, incluyendo como no más de un plato ya archiconocido y que no debería faltar nunca. La excelentísima croqueta la cual debería ser presentada siempre sola, sin ningún otro plato en la mesa y es que aunque la haya comido ya miles de veces pienso que es un icono, EL ICONO y uno de los motivos principales del merecido éxito de los jovencísimos pero excelentes cocineros que pusieron Casas Ibáñez en el mapa gastronómico. Además, hay que pensar que puede haber gente que aun no lo haya probado y servirla junto al ninoyaki de queso y trufa puede restarle algo de protagonismo. Dos grandísimos bocados que junto a la anchoa sobada y el steak tartar (demasiado frío) servían para coger aire y prepararte para el siguiente cuarteto de artillería pesada.
Unas espectaculares alcachofas baby acariciadas por la brasa con gamba blanca que se deshacían en la boca, las angulas de monte con trufa que eran una caminata por el campo, el chipirón encebollado que en mi última visita a Cañitas me dejó un sabor agridulce, aquí me pareció colosal siendo el sofrito el verdadero protagonista del plato, y por último pero no menos importante, sino todo lo contrario, otro de los imperdibles. Hablo del Sr. Carabinero (hay que hablarlo de usted) madurado en manteca con buñuelo de sus corales al ajillo. Que barbaridad, que espectáculo y ¡que putada de vajilla! Se me quedaban los jugos por los recovecos y no había por donde meterle mano.
Tras este despliegue de platazos llegó el momento de los principales como tal. Un soberbio borriquete a la brasa, en su punto, jugoso y crujiente a partes iguales y un besugo reposado con espinacas a la crema, al que en mi opinión le sigue sobrando toda base o guarnición. Y para terminar, un pichón en tres pases y un corte de wagyu como extra, pues como ya he comentado más de una vez, no es que no sea muy de pichones o palomas, es que los tengo tan aborrecidos de la “obligatoriedad” de servirlos en los gastronómicos que creo haber llegado a aborrecerlos.
Los cuatro manos no sólo sirven para que ambos restaurantes se diviertan saliendo un poco de la rutina sino que para el cliente es como hacer un 2×1. Tienes la posibilidad de conocer dos cocinas en un único pase o incluso de disfrutar de un restaurante que por un motivo u otro te ha sido difícil acceder. Desde aquella comida en Oba- mi admiración por el trabajo Javi y Juan ha ido a más e intento seguirlos allá donde me sea posible, si es en Valencia y en casa de otro amigo, con más razón.
Yo conozco la cocina de ambas partes y quizás por ello no sea un evento que vaya a sorprenderme pero sí voy a disfrutarlo, unido a un maridaje correcto, ver a Ricardo y Carlos mano a mano y poder hablar largo y tendido con todo el equipo considero que es una experiencia que volvería a repetir sin dudar.
Lo mejor: Cenar entre amigos/cocineros
Lo mejorable: Se echó en falta alguna novedad
Lo peor: Me faltaron dos manos
Restaurante Flama
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