Carrer de Cirilo Amorós, 84
Valencia, España
Tel. 680 348 120
www.fraula.es
La fresita que se convirtió en Fresa
Daniel y Roseta. Roseta y Daniel. Fraula. Un binomio que si desde el principio sabía que llegaría lejos, hoy no puedo más que reafirmarlo. Ahora sí, Fraula ha crecido y se ha convertido en un verdadero restaurante, tan necesario para Valencia, como imprescindible para la zona.
Con un recorrido gastronómico envidiable, Roseta y Dani se conocen en El Poblet y se separan para seguir formándose. Desde el Celler de Can Roca, hasta Ricard Camarena. Finalmente deciden continuar el camino juntos, y abrir su propio restaurante. Para más inri, este año han sido nominados a “Cocinero Revelación” en Madrid Fusión. Mañana a las 12 lo sabremos…
Al principio, les pilló toda esta mierda del Covid muy de sopetón y apenas pudieron hacer ruido, pese a la escasez de calidad en la zona. Si que es cierto, que pronto, y gracias a su menú ejecutivo se convirtió en un destino de referencia para todo aquel que quería comer bien (muy bien), aunque a priori, fuera pensando únicamente en el tan necesario menú de mediodía.
Los sabores molaban, el servicio era magnifico, charlabas con Dani y Roseta al terminar… pero la carta se me quedaba corta, me faltaba algo. Iba demasiadas veces como para poder sorprenderme con cosas nuevas, además, aun no tenían la seguridad de colgar el cartel de completo por las noches como para arriesgar con un producto perecedero fuera de carta.
Lo petaron con su “seismanos” junto a Toshi pese a que el menú no fue redondo. Lo petaron con su Jornada Pescado Lonja de Valencia y ¡equilicuá! Esa noche fue el punto inflexión. Disfruté de una cena perfecta, destacando aquel tiradito de dorada y el tartar de cigala. Además, los emplatados, el servicio (con la llegada de Marta de Castro), la vajilla y la cubertería dieron un subidón brutal. Ahora sí que sí. Fraula es un MUST.
Su menú ejecutivo tiene una relación calidad/placer/precio impecable, pero es que desde hace unas semanas podemos disfrutar además de un menú degustación que nos guste o no, siempre es una opción muy interesante dependiendo del rumbo que quiera seguir un restaurante. En mi opinión, ha sido la tecla definitiva.
Su brioche de anguila ahumada con papada ibérica y su sandwich de manitas de cerdo y langostinos ya se han convertido en bocados clásicos para empezar, sea cual sea tu elección. Al igual que su postre Fraula, otro icono con el que terminar la velada.
Fraula me recuerda mucho a Apapacho, no por la cocina sino por todo lo demás. Una pareja joven que decide emprender en solitario, y que, sin hacer ruido han sabido hacerse un hueco en la gastronomía de Valencia.
Lo dicho, Fraula en poco más de un año (y un año muy jodido para toda la hostelería), no sólo ha sabido reponerse sino que ha dado un golpe sobre la mesa, ofrecer un producto de mayor calidad, mejorarlo en cocina y explicarlo en sala. Antes ya hablé de Marta pero no hay que olvidarse de Lilian. Una gran profesional que está allí desde el minuto uno.
Lo mejor: Subidón gastronómico bestial
Lo mejorable: Las paredes piden algo
Lo peor: —
Fraula
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