Carrer del Duc de Gaeta, 54
Valencia
Tel. 960 492 064
Cuando menos es más y además es genial
En el vacío gastronómico formado más allá de donde termina el Cedro y antes de llegar a la avenida del Puerto ha nacido un nuevo local, en un tramo de calle algo lúgubre y que se merece toda la suerte del mundo, y la tendrá.
Hablamos de Giramon, un íntimo proyecto de Mihaela Sova y José Gagliardi basado en la cercanía de un bar de barrio pero con una cocina viajera con productos de aquí y allá. Una especie de Mundua, de MaKhin Café, e incluso con algo que puede recordar a El Aprendiz pero eso sí, mucho más pequeño, casi diminuto y eso es algo que también es elogiable pues comer aquí se convierte en algo super agradable. No es el local más cómodo del mundo y se echa en falta algo de temperatura en días de frío pero aún así, será la propia Mihaela la que se encargue de darte la calidez que falta en el restaurante.
La carta es una propuesta atrevida y diferente para la zona, y es de agradecer. Quizás es algo corta para los que comemos mucho o los que pensamos ir a menudo, pero eso sí, todo está bueno o incluso muy bueno. Y además, algún que otro plato puede llegar a ser bastante original como el pan indio relleno de titaina o esa fabulosa berenjena marinada y asada con papadum.
Por contra, el plato de brandada de bacalao ni es vistoso ni es sabroso. El bacalao de la brandada brilla por su ausencia y lo único que se salva es la morcilla achorizada pero en conjunto ni fu ni fa. Me encanta que un local tan pequeño y con una cocina tan diminuta pueda ofrecer originalidad y rapidez incluso con el local lleno. Gran trabajo el de José. Se nota que hay trayectoria en algunos de los que fueron de mis restaurantes referencia de la city, como Seu Xerea o Boix Quatre… que recuerdos.
Tienen su huerto, hacen su propio pan, buscan el producto de proximidad y luego intentan darle una vuelta de tuerca. Todo es elogiable, hasta el detalle de empezar con esos encurtidos en plan Fierro o terminar con una (no exagero) de las mejores tartas de chocolate que he comido nunca. Sí, tan simple y tan complejo a la vez. Sin ruido, sin parafernalias y sin una ubicación envidiable. Giramon es autenticidad, cercanía, y sobre todo, un lugar imprescindible por y para gente normal. Larga vida a la taska de barrio.
Lo mejor: Sitios así siempre es sumar
Lo mejorable: Se agradecerían sugerencias fuera de carta
Lo peor: La temperatura del local
Restaurante Giramon
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