Carrer de Félix Pizcueta, 13
Valencia
Tel. 961 144 816
www.kawori.es
Japo-fusión nivel leyenda
Reventaron Ruzafa en su antigua ubicación, en un local tan diminuto que sumado a los turnos para cenar convertían la experiencia en algo bastante incómodo, pero ahora la cosa ha cambiado, y además, en pleno centro de Valencia.
Prácticamente el mismo equipo y la misma carta, con una cocina y un salón mucho más grande y más cómodo pero donde el ruido va formando parte de tu mesa conforme se llena el local, y es que es al fondo del restaurante donde la insonorización deja bastante que desear.
Para los que no conozcan el concepto Kawori, cabe advertirles que esto no es un japonés al uso. Esto no es Nozomi. Kawori está más cerca de un Kamon que de un Hōchō y esto no es malo. Quizás el problema sea mío, que tengo una mentalidad bastante clásica en este tipo de cocinas, o al menos cuando veo que las salsas y los topping están muy por encima del producto. Pero es que aquí la fusión de los platos es tal que en la mayoría de ellos, el protagonista del mismo queda en un muy segundo plano, y claro, cuando estamos ante vieiras, ventresca de atún, rodaballo o carabineros, pues como que la balanza se inclina demasiado hacia un único lado.
Los platos son tan “complejos” que me sorprende que cada uno de los camareros sea capaz de describirlos con tal detalle y sin olvidar ningún ingrediente. Y es que lo que te llega a la mesa más que un uzukuri, un uramaki o un nigiri es una auténtica carroza del carnaval de Tenerife con sus bailarines, sus reinas y toda la orquesta detrás. A priori, puede recordarte un poco al concepto Umiko, aunque en mi opinión está mucho mejor trabajado el producto en el restaurante de Madrid pese a esa fusión casi global de toda su carta.
¿Significa esto que se come mal en Kawori? Ni mucho menos, de hecho la combinación de ciertas salsuquis es muy interesante y más de un biberón molaría llevarse a casa, pero de ahí a convertir un sencillo nigiri en un parque de bolas es algo que a los puristas les echará para atrás. Sin embargo, a todos aquellos que el tema sushi o crudos no sea de su agrado, este es su sitio, pero aún así, ¡ojito! porque como empieces a pedir sin control la cuenta final se dispara de manera considerable y las cantidades no son para nada copiosas.
El servicio es bastante profesional, y aunque me sorprende el empeño por parte de todos de hacerte una especie de menú degustación, entiendo que por agilizar en cocina, yo prefiero tirar de carta, casi al completo y así hacerte una idea más general de lo que aquí encontramos. Son los platos menos japoneses con los que más he disfrutado, rollo el cordero, el chili crab o los fideos… y desde luego siendo los postres lo más flojo con diferencia. Lo de la torrija hay que darle una vuelta desde ya.
Lo mejor: El servicio y el cambio de local
Lo mejorable: La insonoridad del local
Lo peor: Tanta fusión se carga el producto
Kawori
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