Carrer del General Gil Dolz, s/n
Valencia, España
Tel. 960 045 635
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El murciélago de Kabuki se muda
Por norma, no me gustan los restaurantes que están dentro de los hoteles de lujo, los noto fríos por lo general, y más caros de lo habitual por el simple hecho de estar donde están. Aún así, Komori siempre ha sido considerado el mejor japonés de la ciudad, y en parte, no les falta razón.
Komori se sitúa dentro del hotel Westin, aunque no por mucho tiempo, pues en cuanto el Gobierno permita de nuevo la apertura de la hostelería, la idea es que Nacho Honrubia y su equipo (Andrés Pereda se queda) se trasladen al Paseo de la Alameda, concretamente al hotel SH Valencia Palace. Sí, otro hotel… pero la fórmula funciona y al fin y al cabo, mudarte a un hotel te permite abrir casi al día siguiente.
A lo que vamos, ¿es Komori el mejor japonés de la ciudad? Si y no. Me explico, si quiero comer sushi como tal, es decir, en todas sus versiones, sashimi, nigiris, temakis… y sentirme como si estuviera en una calle de Japón, creo que me quedo con Nozomi [reseña AQUÍ], pero si lo que busco es una experiencia japonesa, como decirlo, más de aquí, me quedo con Komori. Aquí hay platos algo más mediterráneos, más fáciles de comer, en definitiva, más apto para los paladares occidentales.
Aquí encuentras desde una sobresaliente degustación de atún en sus diferentes partes, hasta unos sorprendentes platos de marisco fuera de carta o un lomo de vaca gallega. Sin olvidarnos de todo tipo de sushis, entre ellos, su archiconocido (y obligatorio) nigiri de huevo de codorniz con trufa. Correcto, no es el bocado japonés por excelencia, pero lo verás en todas y cada una de las mesas y hoy en día, incluso en muchos otros japoneses, aunque ninguno le hace sombra, sinceramente.
Otro plato que se ha convertido en un MUST de Komori y uno de mis favoritos, este sí, es el sashimi de Besugo. Una bestia parda de sabor y presentación que recuerda al mejor Ricardo Sanz de Kabuki. Elegancia, frescura, sabor… un top. A 35€ el plato por cierto.
Lo dicho, si te olvidas de atravesar la recepción del hotel para llegar al restaurante, los solitarios pasillos de acceso, haces oídos sordos a las posibles celebraciones que se estén produciendo en la terraza o salones del hotel y te centras en tu mesa, en tu plato, y cierras los ojos, quizás logres viajar a Japón y sólo en ese momento, sabrás que habrá merecido la pena, pues el producto que aquí se maneja es de muy alto nivel, quizás más alto que los japoneses de la competencia.
Lo mejor: El producto
Lo mejorable: La insonorización
Lo peor: El espacio
Restaurante Komori
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