Carrer de l’Explorador Andrés, 41
Valencia
Tel. 960 081 201
www.laterreta.net
El precio de la honestidad
En todos los barrios, siempre existe un reducto de paz donde disfrutar de una buena comida y una gran bodega. Y en la zona Cedro de Valencia, existe un restaurante que no tiene la publi que merece, aunque sí una clientela fija que le lleva acompañando más de cinco años. Hoy nos quedamos en casa, en La Terreta.
He de reconocer que antes frecuentaba mucho más la zona del Cedro y, aunque sigue siendo un barrio más bien estudiantil donde abundan las ofertas en quintos, cubos y cubatas de serie B, siempre ha habido algún sitio decente donde picar algo. Teníamos el Miso, que ya no existe, Mil Grullas que no está mal, el Patapuerca, que aunque sea super incómodo ofrece bastante calidad, y como digo, La Terreta, posiblemente el más completo de todos.
La propuesta gastronómica no te va a sorprender, pero si vas a ver alguna elaboración bastante interesante. Sara, en sala, se encarga de cantarte algún que otro plato fuera de carta y Edu, su pareja, tiene una bodega que parece mentira. Y cuando digo, parece mentira, es que en ella encontraras grandes referencias a precios muy ajustados. No te miento si te digo que esto mismo en pleno Ruzafa sería un 225% más caro.
Y es que lo del precio del vino en algunos locales es de juzgado de guardia. Pero bueno, aquí estamos para hablar de un sitio honesto, de los que te gusta volver por eso mismo, no de los que te sacan un riñón hasta con el agua embotellada.
El restaurante me recuerda un poco a la Taberna Teca o al ACTUAL Rodamón de Ruzafa, sitios en los que se bebe mucho mejor que se come. Y eso que en La Terreta no se come nada mal, pero aún así se echa en falta algo más de elaboración o algo más de sabor en ciertos platos. Las bravas no me dicen nada, pero con la ensaladilla rusa ya ves algo diferente, al igual que la croqueta de jamón, de las mejorcitas de la city, y el buñuelo de bacalao. Dos bocados imprescindibles.
Disfruto más con el tomate y encurtidos o con esa buena cecina, que con la ensalada Thai (que no sé muy bien que hace ahí) o el queso de cabra rustido y frutos secos. Está claro que el público es el que es y tiene que haber un poco de todo y para todos, pero no tiene mucho sentido tener ciertos platos en la mesa mientras tus copas se llenan de un chardonnay de Guillaume Sergent, un clasicorro Alíón o las mejores propuestas de Raúl Pérez.
Esos vinos obligan a que los platos de pescado sean perfectos, que el corte de la carne nunca baje del notable, aunque haya que subir el precio, y que todos los entrantes estén a la misma altura que la selección final de quesos. Cabe destacar los arroces melosos que preparan, muy sabrosos y con muy buen punto del grano. Muy demandados a mediodía especialmente en fin de semana. ¿Y atreverse con algún que otro arroz seco…? Ahí lo dejo.
La Terreta me gusta, es de lo mejorcito del barrio y esa bodega a precio de coste, bien merece más de una visita. Si todos los platos fueran redondos, ya sería la hostia, pero oye, refrescarte con un tomate con ventresca, comerte una croqueta y acabar con un muy buen arroz, mientras bebes (y aprendes de) vino junto a Edu, es un plus que no vas a encontrar en mucho otros sitios.
Lo mejor: Esa bodega y su honestidad
Lo mejorable: Algunos platos aprueban raspado
Lo peor: Los postres
La Terreta
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