Calle de Eugènia Viñes, 227
Valencia
Tel. 626 287 353
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¿Cuál es tu identidad?
A excepción de su ubicación, todo parece haber cambiado y quiero pensar que para mejor, al menos en su faceta puramente gastronómica. Se respira buen rollo, hay dos chicas súper agradables en sala y la cocina empieza a querer decir cosas. El hasta cuando ya no lo sé.
Pese a que su terraza es un lujo e ideal para las noches de verano, yo prefiero el interior, mucho más pequeño y con muy poca sensación de restaurante al uso, pero ya tú sabes, manías de uno. Demasiada barra pa’ tan poco local. Y de hecho, tienen una segunda terraza aún más grande y donde las birras y los cócteles fluyen por doquier. Hay que competir con Mercabanyal… para lo bueno y para lo malo.
Lo que empezó siendo una carta para todos los gustos y con una mezcla de demasiadas cosas a mitad camino entre una cocina mejicana y algo de Tex-Mex. Ahora parece que todo va enfocado a una cocina algo más peruana, pero ojo, que esto no es una Kanka, ni tampoco un Manaw y que aquí sigue habiendo cabida tanto para unos puerros con titaina cabanyalera bien buena, como para unos brioches o un lomo bajo que no estando mal de sabor, se echa de menos ese toque de brasa del que se habla en carta. Fuego más fuerte, mejor sellado y corte de la carne, y lo tienes hecho.
Pero bueno, es entendible y creo que es el precio a pagar dada su ubicación, y sobre todo su público, mucho más pendiente del bebercio que de la gastronomía. Las ostras no están mal, pero deberían salir infinitamente mejor limpias. No hay nada peor que estar comiéndote una buena almeja e interrumpir el churrepeteo para quitarte esquirlas entre los dientes constantemente.
Madre tiene una carta bastante corta y eso es muy bueno, pero quizás por ello todos los platos deberían ofrecer algo más o mejor dicho, que ningún plato tuviera algún pero. Confío en que ese sea el siguiente paso, y sobre todo que el público responda y repita. El equipo lo merece.
Lo mejor: Servicio muy agradable con cocina in progress
Lo mejorable: Especializarte en la carta (la de comida)
Lo peor: El interior resulta incómodo y “aislado”
MADRE
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