Calle de Sueca, 61
Valencia
Tel. 641 005 472
www.restaurantemangiapane.com
Oro parece, pizza no es
Ocupa el antiguo local del Kaña Makan, en purito Ruzafa y aunque a priori y desde el ventanal parece una cafetería, esconde uno de los rincones italianos más chulos del barrio en lo que a pizzas pinsas se refiere.
Existen varios tipos de pizzas, la napolitana, la romana, la estilo Chicago… pero las pinsas son otra cosa, tanto por formulación como por fermentación. Mientras que las pizzas suelen hacerse con harinas de trigo, las pinsas usan una mezcla de harinas de trigo, soja y arroz que sumado a una larga fermentación hacen que tu digestión sea la gloria, así que tranquilo por pasar una mala noche, pues no será el caso. Una masa tipo focaccia que recuerda a las usadas en Doa y como digo, extremadamente ligeras.
A Mangiapane le veo un problema muy grande, que es una jodienda para mí, pero creo que lo debe ser aun más para el propio restaurante y es el hecho de parecer cualquier cosa antes que un restaurante, al menos hasta que no estás sentado y disfrutando de tu pinsa. De hecho no es de extrañar coincidir con alguna mesa poniéndose tibios a cubatas o mejor aun, una guiri combinando a las 22:00 un buen café con leche con unos canelones rellenos de ricota y espinacas.
Los entrantes no están mal, infinitamente más variedad (y calidad) que en Grosso Napoletano o Pizzería Km.0, pero como suele pasar en la mayoría de sitios especializados en una cosa, muy por debajo de las absolutas protagonistas. Croquetas correctas, un taco caprese bastante generoso y un vitel toné con mucho de vitello, pero con poco de tonnato, y no por cantidad de salsa sino por esa falta de sabor más salino y amargo del atún, las anchoas, las alcaparras… aun así, nada mal. Algo similar me pasó con el cannolo, relleno de una muy buena caponata, pero excesivamente fría y como pasa con la mayoría de pistos o titainas, ese exceso de frío, rebaja infinitamente el sabor.
Lo que sí que no entendí ni antes, ni durante, ni después fue lo de los arrosticini de cordero. Pues sí, pincho de cordero. ¿Y qué? Engañar no han engañado a nadie, pero tampoco aporta nada. No te pido brasa, pero un algo, unas especias, un adobito… y tras esto, las pinsas, a las que poco que añadir. Aunque yo soy más de combinaciones clásicas, hay opciones para todos los gustos, más o menos atrevidas, con buenos ingredientes, pero donde la masa es la verdadera protagonista.
Mangiapane me ha gustado bastante, y es el típico sitio que sin muchas pretensiones y sin apenas hacer ruido, creo que ha conseguido petarlo desde el primer día. Para mi gusto no es el sitio más acogedor del mundo, y quizás todo sea excesivamente sobrio, especialmente las paredes a las que les falta algo de calidez, pero claro, es entendible una vez conoces a Davide, el chico que te recibe, te atiende, te recomienda, te sonríe… en definitiva, te hace desear volver.
Lo mejor: Davide y las pinsas (en ese orden)
Lo mejorable: Algunos entrantes pueden estar mejor
Lo peor: Falta la calidez de un restaurante
Mangiapane
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