Plaça Diputació, 4
Benidoleig, Alicante
Tel. 615 092 515
www.mare.rest
La mare. que et va parir!
Cuando llegas a la puerta de mare. te planteas realmente donde estás, y es que sorprende ver en el centro de Benidoleig, comarca de la Marina Alta, ese exterior con cierto aire moderno y una propuesta gastronómica a base de menús degustación.
Una vez dentro, llama la atención la amplitud del espacio, las apenas cinco mesas que ocupan el local, su cocina abierta y ese olor a brasa (que no a humo) que impregna la sala. El restaurante de Miquel Gilabert (otrora de sus padres) es un ejemplo de nunca olvidar las raíces, de quienes somos y adonde vamos; de cómo actualizar los sabores de siempre, y de ser HONESTO no sólo con el cliente sino con el producto.
Miquel es un defensor a ultranza de lo autóctono, del producto de temporada, del pequeño productor… de todo aquello de lo que muchos cocineros defienden pero no predican. Se saborea en (casi) todos los platos como en su selección de vinos.
👍🏻 «A Dénia, Jalón, Benitatxell y Jesus Pobre les ha gustado este párrafo.»👍🏻
En mi anterior visita, me fui con un sabor de boca agridulce, porque sin ser mala, hubo ciertos detalles que no se correspondían con el buen hacer de él y su madre Josefina en la cocina. Miquel era consciente de ello, y hubo un detalle tras aquella visita (ambos dos lo sabemos), que me tenía con ganas de más, de ansiar volver. ¡Y vaya si hay mejoras!
El menú más largo, Pepa (su bisabuela) es una secuencia de platos anunciados en binomio, muy al estilo Bagá, mucho menos arriesgados pero igual de interesantes, destacando un peldaño por encima, su “anchoa & patata”, su “alcachofa & capellán” (incluyendo en este matrimonio sí o sí esa mousse de ajo) y ese all i pebre de “anguila & topinambur” que es una puta locura. Un platazo tan ligero y sabroso que hace meterte de lleno en ese bello arte de sucar pan.
En este menú nunca falla la gamba, el único plato que se sirve en solitario, pero es que si es la gamba roja de Dénia, ¿qué coño quieres para acompañarla? Pues más gambas de Dénia. Y encima a la brasa, mi gran devoción, evitando así la sequedad de una plancha. Gracias por el detalle Miquel!
No me importa que la ostra venga con acompañante, pero sí pienso que el guisante lágrima merece un pase propio, y más estando en plena temporada. Ese caviar verde se pierde entre el sabor del bivalvo y ninguno de los dos productos llega a tener el protagonismo que mereciera. No todos somos Scorsese y nos basta con juntar a De Niro y Al Pacino en la misma película, ehh Mr. Avnet ehh ehh???
Me quedo con ganas de más en el rape, pero quizás algo saturado con el pato, tanto en la presentación (piensen que a grosso modo, es un puro cadáver) como en el sabor. Necesito algo que me haga disfrutar más de este último pase salado.
Al lío. La cocina de Miquel ha mejorado sustancialmente y lo han hecho aún más sus emplatados, su carta de vinos (era muy necesaria) y cristalería. Falta perfeccionar la sala, y es que un sitio tan familiar merece un servicio mucho más profesional. Aún así, me quedo con su mejora general, y su margen de mejora en particular; y ahora que ya conozco a Miquel personalmente, con su HONESTIDAD, y su afán por seguir creciendo, pero siempre, con los pies en el suelo.
mare. es un puro binomio. Madre e hijo, tradición y vanguardia. Un ejemplo de que sin grandes espacios ni grandes plantillas, se puede tener un gran restaurante.
Lo mejor: Vanguardia sin olvidar sus raíces
Lo mejorable: Conseguir un menú completo
Lo peor: La sala sigue siendo su talón de Aquiles
mare. de Suculent Gilabert
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