
Calle de Aarón Vidal López, 4
Valencia
Tel. 604 821 339
Quesería… de mí sin tí
En un puertooo italianooo, al pie de laaas montañas, vive nuestro amigo Alessandro… en uuuuuna humilde morada. Se levantaaa, muy temprano, para ayudar a su buena mamá.






Y es que Alessandro, desde mucho antes de peinarse su curioso bigote ya se recorría los locales de su Biella natal para vender leche fresca y posteriormente los quesos que él mismo producía. Con el paso del tiempo, sus dones comerciales le hicieron crear una empresa para la importación de productos italianos y hacérselos llegar a los mejores restaurantes y compatriotas italianos, como Casa Bernardi, Nomada o el humilde Mevino. Ahora, ya en Valencia y con la intención de poner la calidad al alcance de todos, nace Marghè, la mejor bottega italiana que hay actualmente en la ciudad, y uno de los mejores locales para disfrutar del famoso aperitivo italiano o incluso darlo todo y salir rodando del local.








Marghè está en Malilla, casi donde Frodo perdió el anillo, pero desde el minuto uno bien merece la pena cualquier viaje hasta allí, pese a que la zona que rodea al restaurante esté todavía en un “work in progress” que va para largo. De hecho, si desde fuera y a través de las enormes cristaleras ya te das cuenta que la materia prima que allí se toca es de una calidad indudable, especialmente los quesos, importados directamente desde el norte de Italia, concretamente del Piamonte, una vez dentro y mirando hacia afuera… la desolasió.

Parmesanos de diferentes curaciones, mozarellas y burratas (de la de verdad), gorgonzola… Toma piamontés, Castelmagno, Fiore Sardo, Gratin Blue, y otras muchas fantasías que no sólo sorprenden sino que gustan. Un repertorio para todos los gustos y con la posibilidad de comprarlos allí y llevártelos a casa. Lo mismo pasa con las chacinas, de un nivel superlativo, aunque menos sorprendentes para los que estamos acostumbrados a ibéricos nacionales. Aun así, no dejéis de probar las opciones de caza, las mortadelas, la panceta alpina y ese tocino que se deshace en la boca.








Pese a que las tablas es el latemotiv de Marghè, también tenemos algo de cocina, aunque para ser sinceros mucho más prescindible. Pero ojito con el fricó friuliano, tan bien ejecutado como difícil de encontrar. Sin embargo, tanto la lasagna como el steak tartar dicen poco, sobre todo este último, con una carne tan sumamente fresca que pide a gritos un aliño que ofrezca algo más. Todo esto mejora gracias a una bodega pequeña, pero con alguna referencia interesante. No hay estridencias, al menos de momento, aunque estoy seguro o al menos eso espero que de cara a un futuro todo vaya a más, tanto en calidad como en cantidad.




Marghè es un sitio que lleva muy poco tiempo, y que sin hacer apenas ruido ha ido consiguiendo una clientela fiel y un local prácticamente lleno desde primera hora de la tarde. De momento parece ser el restaurante base de los vecinos de la zona, y es que no hay mucho más donde elegir, pero creo que lo de Alessandro va muy en serio, no tiene competencia en Valencia, mucho menos en Malilla. El mérito es sólo suyo, y es que hasta el mobiliario (cada silla de un padre y una madre), la vajilla, tan bonita y dispar como lo que puedas encontrar en los mercadillos, o el hecho de poder ofrecer el mejor producto depende casi en su totalidad del propio Alessandro. Yo ya me imagino un Marghè donde no sólo los quesos y embutidos marquen la diferencia, sino una bottega italiana donde la cocina, la buena trufa y los buenos barolos sean la referencia total.
Lo mejor: Embelesarte con la labia y calidad de Alessandro
Lo mejorable: Las pizarras se hacen incómodas
Lo peor: Mirar hacia afuera a través de la cristalera

Marghè Bottega Italiana
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