Calle Cadiz, 72
Valencia
Tel. 960 615 747
www.matoquerestaurante.es
Una sala que desmerece todo
Ando buscando local donde comer algo por Ruzafa, una picaeta i mo n’anem. Todo reservado, pero aun así y viendo la dificultad, decido tantear opciones vía telefónica, por eso de que siempre sueles dar más pena y más si acoplas el llanto de un bebé de fondo. Truquito que aumenta las probabilidades. ¡La tengo!
Local bastante grande, con terraza, salón tanto a la entrada como al fondo, unos taburetes sinsentido cara a la pared… y ¡oh, que curioso! apenas dos mesas ocupadas en la calle y un par de personas dentro, y sin embargo en la web salía todo reservado… Llegarán más tarde imagino. El inicio no presagiaba nada bueno, el problema es que tampoco me sorprendió viendo como está el percal de la sala hoy en día, pero una cosa es que no exista profesionalidad y otra muy distinta es no saber donde trabajas ni por qué lo haces. QR sobre la mesa, pero con un añadido fuera de carta: Sardina ahumada con encurtidos.
– ¿Esta sardina fuera de carta es la misma que hay dentro de la carta?
– “Voy a consultar… Sí, es la misma”
– Y hay algo fuera de carta?
– “Voy a consultar…”
– “Está todo dentro», me contestan desde lo lejos
– Oooooooook
Mientras tanto, en la mesa de al lado…
– ¿Qué es el Pastrami?
– Voy a consultar…
– ¿Tienes cocacola zero zero?
– Voy a consultar…
Yo creo que la chica no trabajaba ahí, que era alguien generada por IA que estaba paseando entre la Calle del Pez y la Calle Huertos, pero aún así estuve a punto de preguntarle si hoy tenían lechazo, para ver si consultando en cocina acabaría dándome un homenaje cual Mannix, pero tras comprobar por activa y por pasiva que de donde no hay, no se puede sacar, decidí dar el tema por zanjado y pedir un poco de todo lo que había en la carta, que como no, era otro Ctrl+C y Ctrl+V de lo ya conocido. Tacos, baos, pastramis…
Lo primero en salir fueron una croquetas que ya desde Algeciras se veía un letrero en grande que rezaba “Quinta Gama”; que no pasa nada, estamos rodeados de ella, pero hay calidades y calidades. Estas no triunfaron, una pena pues no hay nada como algo de mimo en cocina para olvidar lo flojo de la sala. A la inversa suele ocurrir algo similar. ¿A cuántos sitios habrás ido/vuelto por el trato y no por la comida? Seguimos con los tacos de atún y los baos. No te voy a decir nada que no sepas ya. Por contra, las empanadillas de pato no estaban nada mal.
Como raciones algo más contundentes, unas crujientes puntillas a la andaluza a la que le faltaba un huevo con yema mucho menos cuajada para dar algo de jugosidad al plato y un pastrami de ternera con cheddar y pimientas del mundo. ¡Un momento! ¡Este pastrami vale dieciocho pavos! Es un euro más caro que el de Travieso y casi tres más que el de ¡Katz! WTF! ¿Será por las pimientas? ¿Será por las patatas que acompañan el sándwich? Sinceramente, me dolió en el alma porque dudo mucho que aquí se realicé ya no sólo el ahumado de la carne sino la salmuera o incluso el propio pan.
A ver, Matoque es un sitio que si os juntáis cuatro o cinco colegas a hablar de cómo cambiar el mundo y vais dejando que las Alhambra de barril hagan su efecto, pues todo se ve de otra manera, pero si vas buscando más nivel en cocina, quizás me vea en la obligación de exigirle algo más a Alejandro, de aportar su sello a cada uno de los platos, y más sabiendo de donde viene. Pero claro, si a eso le sumas un servicio que aquella noche fue fatality… esto ya no lo remonta ni el mismísimo Lionel, una pena pues creo que de aquí podríamos sacar cositas interesantes pero de momento, me toca esperar para volver.
Por cierto, ¿te acuerdas que el local estaba tan a tope que no te dejaba reservar vía web? Pues son las 23:14, han venido un par de parejas más (sin reserva) y han decidido comer en terraza. En el interior, el eco.
Lo mejor: Un mejor servicio, te hará verlo de otro color
Lo mejorable: La carta debería tener un toque más personal
Lo peor: Un momento, voy a consultar y te digo
Matoque Restaurante
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