Avenida Mare Nostrum, 50
Valencia
Tel. 670 225 822
www.mimarvalencia.com
Cariño al cuadrado
No perderle la pista a Raúl Aleixandre siempre es buena noticia para la gastronomía de Valencia. Sea donde sea y con quien sea, así que si ahora toca irse a la playa junto a Jose Miralles (gracias por hacerlo posible), pues allí le seguiremos.
A Raúl lo conocí por primera vez gracias a mi padre, en lo que fue Ca Sento, su restaurante favorito de la ciudad y un templo del producto. Como ya sabéis, junto a Miquel Ruiz, de El Baret y a Nazario Cano, de Odiseo siempre he tenido a este tridente como las referencias más top de la Comunidad Valenciana. Luego conocí a Ricard Camarena y ya fue cuando se me cayeron los pantacas al suelo y comencé a disfrutar de este tonto vicio del comer y del beber.
Mimar ocupa el mastodóntico espacio que antes ocupaba Brassa de Mar, un local en el que el postureo y ubicación estaba por encima de su calidad gastronómica. La llegada de Raúl, a un espacio en el que a priori no parece su hábitat natural, ha convertido este local en el mejor restaurante de toda La Patacona, porque aunque opciones hay muchas, todas ellas son nefastas.
Aunque es una gozada ir en verano y disfrutar de la espectacular terraza, yo prefiero el interior, mucho más tranquilo, acogedor y con la clientela verdadera, la que sabe realmente quien está detrás de todo esto. Mucho producto, mucho fuera de carta y muchos clásicos imprescindibles. Empezar con algo de marisco fresco y los famosos buñuelos de bacalao del cocinero es casi una obligación, porque aunque puedan parecer sencillos, son únicos.
Hay que tener cuidado y no venirte arriba a la hora de pedir ya que todo es muy apetecible, pero el precio final puede pasar factura, pues Mimar no es un sitio barato, y es que ese producto, en esta ubicación y en esas manos, hay que pagarlo. Quizás por ello mucha gente pueda achacar que la relación cantidad/precio no sea correcta aunque la calidad sea bestial. Gamba roja que poca presentación necesita, quisquillas fresquísimas, berberechos enormes no sólo en tamaño sino en sabor… pescados, carnes, arroces. Opciones para todos los gustos donde no puedes perderte el famoso rossejat de fideo fino “Ca Sento”.
De postre, un queso Saint Felicien, para comer a cucharadas, junto a una buena copa de vino dulce. Sólo ese postre es un final de fiesta infinitamente mejor que todas mis anteriores visitas a Baobab, el anterior restaurante de Raúl Aleixandre que aunque me duela decirlo, creo que nunca estuvo a la altura o mejor dicho, creo que nunca le dejaron estarlo.
No todo es perfecto en Mimar, ¡faltaría! Algún plato flojea en cuanto a los tiempos de cocción, especialmente en el pescado, pero esto es un mal menor. Lo que sí deberían vigilar muy de cerca es el chiringuito que tienen en la misma arena, porque tenga o no que ver con el propio restaurante, que sí, el servicio no le hace justicia.
Me gusta poder volver a disfrutar de Raúl Aleixandre y me gustaría aún más poder hacerlo en un rincón más íntimo, más directo, con un menú degustación o simplemente dejando la experiencia en sus manos, pero eso sí, el arroz plancha debe volver ya. Es un icono.
Me imagino un Mimar al más puro estilo La Milla de Marbella y me flojean las piernas. Es algo inviable en Valencia así que me conformaré con imaginarme un Mimar mucho más pequeño, donde la sóla presencia de Raúl sea motivo para ir una y otra vez; y a Joaquin Collado (¡vaya fichaje!) dirigiendo la sala y ya… apaaaaaaaga. Sólo así el verbo mimar tendría la exaltación al cubo y no al cuadrado.
Lo mejor: Raúl y su cocina. Joaquín y su presencia
Lo mejorable: Menú degustación y arroz plancha YA
Lo peor: El chiringo de la playa
Mimar Restaurante
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