Moll de la Pansa, 11
Dénia, Alicante
Tel. 662 941 887
www.nomada.group
Nomada, ¡lo Massimo!
A los mandos de la cocina, y enorme en todos los sentidos….Massimo Arienti.
En sala, y pendiente de la felicidad de cada comensal, un viejo conocido por todos…. Giovanni Mastromarino.
También tenemos a Mauro, a Matías… y todo esto en el puerto de Dénia. ¿Qué puede salir mal?
La ubicación del restaurante es espectacular (o no), dependiendo del tipo de espectador que seas, y es que, aunque estemos en la zona más fotografiable de la ciudad, también es la zona con mayor porcentaje de postureo, gente “guapi” y en el que el copeo y la fiesta es más importante que la oferta gastronómica, sobre todo en horario tarde-noche. También es una zona mucho más transitada por guiris y en la que una simple cerveza te costará el doble que al otro lado de la bahía, pero es que Nomada es algo más que un simple restaurante italiano.
Aunque desde fuera pueda parecer uno más de la zona, es sentarte y saber que aquí pasan cosas. Porque sí, porque a priori es un restaurante italiano de pastas y pizzas (y son las mejores de Dénia) pero es que además, disponen de una serie de menús degustación con un claro objetivo: hacer del enorme local algo mucho más gastronómico y atraer a un público mucho más exigente. De hecho, tengo miedo que el complejo que hay detrás de Nomada, con el servicio de viajes en barco incluido, su zona exterior full of tourists having a relaxing cup of café con leche a las 12am, o el paseillo entre las mesas de ciclistas con su maillot fluorescente marcando merienda pueda llegar a eclipsar una cocina tan sobresaliente y con unas expectativas futuras tan altas por parte del equipo.
Todos los platos salados del menú Essenza son de una sutileza y de una belleza soberbia, bien es cierto que para el precio o para la cantidad de algunos platos pueda resultar escaso para los que tenemos cierto entrenamiento en eso de los menús degustación por lo que se convierte en casi obligatorio pedirle a Massimo de antemano que te prepare dos o tres pases más, además del surtido de panes, imprescindible. Y es que si lo de dar protagonismo al pan se está poniendo tan de moda últimamente, aquí simplemente es el Premio Oscar a la Masa protagonista. Y por ende, las pizzas. Un trozo de esa margarita o de una marinara debe formar parte del menú por poco atractivo que pueda parecer.
En el menú no podían faltar las pastas 100% caseras, entre ellas, la reina de la casa y es que me comentan que el tagliolino con trufa de invierno es el plato más demandado y no le faltan motivos. Pero ahora imagina, ese mismo plato, en el menú degustación, pero con la trufa rayada al momento en la propia mesa del comensal. Son este y otros pequeños detalles sin mucha importancia los que darían como resultado una experiencia aún mayor.
Me fascina el contraste de un plato tan rotundo como el bombón de esturión con gelatina de pollo de corral y caviar como la simpleza de esa bresaola con pan cristal. El Yin y el Yang en complejidad pero ambos dos brutales en sabor. El vitello tonnato también es otro Yin/Yang. Un toné formidable pero un vitel al que soy consciente que ya le están dando una vuelta de tuerca.
Un sorbete de piña, el cual debería aparecer por sorpresa en el menú y no como plato (aquí debería estar el plato de ¿pescado?) sirve de entrada a los pases más contundentes del menú. En este caso una terrina de pollo de corral y espinacas envuelto en speck con helado de sus interiores y un tortello de rabo de toro vistoso, sabroso y elegante a más no poder. Es aquí donde te preguntas… ¿por qué no poner dos? Y con esto llega un plato marca de la casa, un excelente rissotto como no podía ser de otra manera y plato icónico por parte del chef porque es el que siempre “ha comido en su ciudad natal.” Lleva oro, del mismo que usa Nusr-Et en sus platos de mil millones de dólares, que aporta vista pero cero sabor, aunque por suerte lleva oro del de verdad, del bueno, del que se llama azafrán y que es la quintaesencia de cualquier guiso. Otro plato imprescindible.
Terminamos con una carrillera de ternera con boniato y con una tabla de quesos (en construcción) en la que se echa en falta mayores referencias italianas, pero como siempre digo, benditos sean los carros de quesos en los restaurantes. Y más para los que no somos muy golosos. Aún así, he de confesar que los postres me han parecido lo más flojo del menú y es una pena pues habiendo probado el esplendido tiramisú servido en bandeja, como lo haría la mamma, me quedo un poco despagado.
Resumiendo, Nomada es sin duda el mejor restaurante italiano de Dénia, por encima de la Cantina Italiana, mucho más familiar. Quizás no tenga el encanto de las auténticas trattorias italianas o la intimidad de un gastronómico como tal y esto puede pasarles factura, y es que me voy con la sensación de que para la mayoría de clientes, esto no es más que otro restaurante de pasta y pizzas, ¡y qué equivocados están!
También me voy deseando volver, sabiendo que Nomada será una de mis visitas habituales y sobre todo, con las ganas de ver el funcionamiento de este gran restaurante en verano, en un día a full y con las terrazas a pleno rendimiento. Yo confío plenamente en la cocina de Massimo, las masas de Mauro y la profesionalidad de Giovanni.
Buon Appetito!
Lo mejor: La parte salada y los extras (muy necesarios)
Lo mejorable: La parte dulce del menú
Lo peor: Que un tipo de público se convierta en un hándicap
Nomada
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