ODISEO (Murcia)

Av. Juan de Borbón, 224
Churra, Murcia
Tel. 649 222 222
www.odiseospain.com

Lo que pasa en Murcia se queda en Murcia

NOTA: Para mayor disfrute, se recomienda la lectura de la siguiente reseña disfrazado de Elvis Presley o Marilyn Monroe, así como un grito al cielo al son de ¡Hagan sus apuestas!

Viaje de ida y vuelta a Las Vegas para conocer el último proyecto gastronómico de Nazario Cano. Un espectacular parque temático más propio del estado de Nevada que de la región de Murcia. Bienvenidos a un crucero en tierra. Bienvenidos a Odiseo

Más de una vez lo he dicho en petit comité. Ahora me reitero públicamente. Nazario Cano, Miquel Ruiz y Raul Aleixandre (pronto reseña de su nuevo Mimar) son los tres mejores cocineros de la Comunidad Valenciana. Fin de la cita. Los tres vértices base de un tetraedro regular en cuya cúspide reside Ricard Camarena. ¿Flipada mía? No lo creo.

Conforme te adentras en Murcia, verás a lo lejos un edificio majestuoso, cuyo aspecto llamará tu atención. El IKEA no, el siguiente. Miles de tubos metálicos alrededor del rótulo de ODISEO y una pasarela superior que resulta ser la piscina voladiza más grande de Europa y segunda del mundo. 44 metros de lujo y vértigo a partes iguales. (VIDEO) ¿Y si te digo que lo que ves por fuera es lo de menos? 

Es entrar al recinto, sea por la calle o por el parking y empezar a flipar. Y es que aquí no hay cartón piedra, aquí hay un desembolso que sorprende hasta por la ciudad elegida, pero oye, parece que la cosa funciona. 15.000m2 de pura fantasía. Casino, cinco restaurantes, sport bar, discoteca, teatro… y como no, el motivo por el que alguien como yo podría estar aquí. El Odeón de Nazario, su rincón, su cocina, su/mi verdadero show. 

Este cocinero tiene un don. Vaya donde vaya, deja huella. Yo lo conocí en el El Rodat, allá por el 2016 y ya veía cosas en sus platos que le han acompañado hasta día de hoy. En su Odeón ofrece tres menús, siendo el más largo una sucesión de casi 20 pases junto a los snacks, que empiezan muy al estilo de su anterior restaurante en Jávea. Todo al centro y a la vez. Como si los tres primeros rounds del combate fueran de seguido. Non stop.

De bares y mercados… varios bocados a cual mejor, con una presentación exquisita. De todos ellos destacaría, el morteruelo marino, el crujiente de pescado y cómo no, los tres últimos. El salino del pulpo seco, el saborazo del gnocchi y el espectacular buñuelo de arroz a banda. ¡PEIM! Primer TKO del día. No puede haber mejor manera de empezar el show. Diez bocados y aún falta el menú como tal. Oigo a la gente hacer sus apuestas, todos van al caballo ganador, quiero ser fuerte y aguantar pero saben que me están dando por todos lados. ¡Vamos!

Blanquet de lubina, con piñones, y ¡qué piñones!, con crema de coliflor y amontillado. Una declaración de intenciones con lo que podría ser perfectamente un prepostre.

Rotura de esquemas y a seguir. Un viejo conocido, marca de la casa, como esa horchata de maíz y berberechos. Pequeño paso por latinoamérica y nos preparamos para el segundo TKO del día. Ellos lo llaman tomate «partío». Yo lo llamo, “ElTomateDeTuVida” con las gambitas de Santa Pola. Dulzor, amargor… umami, oh mami, ou mama. Platazo. Estoy tumbado en la lona del cuadrilátero, cuando veo aparecer a dos Boxing Ring Girls que me ayudan a levantarme. Tengo que seguir.

Nos vamos al fondo del mar, a buscar esa salinidad que nos ofrece ese juego de algas en diferentes texturas; codium, salicornia, otra vez las gambitas, esa espuma de alioli. Un plato que bien podría ser el mejor zumo Detox. Seguimos con el foie en salazón con escalivada de fresa y salmonete. Quizás el único plato que no entendí y me dejó un sabor agridulce. De hecho, me fascinó el foie en sí, pero no rodeado de ese dulzor y mucho menos ese salmonete ahí, fuera del plato, más sólo que Macaulay Culkin y sin saber muy bien cómo enfocar dicho bocado.

Lujo en gastronomía es sinónimo de trufa. No para mí, un producto demasiado sobrevalorado en mi opinión y que mal trabajado te destroza un plato. Aquí, no es el caso. Todo es trufa, sí, y mejora en conjunto al famoso coulant de trufa de Quique Dacosta, pero no llega a la altura del arroz de cenizas de El Poblet. Sobrio, a la vez que elegante.

Continuamos con los platos más contundentes, empezando por un tocino de mar a base de pez mantequilla, caviar y un velo de falsa piel de cerdo; seguimos con un plato con el que no se falla, a priori sencillo, pero muy bien ejecutado, una gamba roja a la plancha con un caldo infusionado de sus cabezas. No necesito más. Pero la fiesta continua… en este caso con unos macarrones carbonara de navaja. Los macarrones, pese a su terminación en mesa no me dijeron nada, no sé si porque este plato siempre me va a recordar sí o sí al homónimo e insuperable de Disfrutar o porque fue la navaja que acompaña el pase la que se lleva todo el protagonismo.

Y ahora sí que sí. La traca final.

Puntilla, tuétano de mar, mantequilla ahumada y algas de tierra. Joder, qué bonito, da pena comérselo, pero, y esas pieles de berenjena y pepino encurtido, están jodidamente buenas, incluso mejor que la puntilla, pero ¿y el tuétano de mar? No lo noto, no lo siento, no lo encuentro, se les habrá olvidado… bah, me como la vieira esta que está aquí a un ladito y pregunto al camare… ¡BOOOOM! Tercer TKO en el Grand Garden Arena del MGM de Las Vegas. Miro a mi alrededor y ahí está. Mike Tyson me guiña un ojo en plan “esta no te la esperabas, payaso”. Yo sonrío disimuladamente cubriéndome las orejas con las manos por si se hubiera quedado con hambre el neoyorquino… (Evander Holyfield repite mi gesto).

Arroz de galera y anguila ahumada. Sí. Estoy disfrutando mucho, esto es puro Nazario. Hay genialidad, honestidad y todo lo que siempre he visto de este cocinero, pero ahora me llama más la atención en un sitio que se prestaría a todo lo contrario. Finalizamos con un pato salvaje y morcilla de arroz, su morcilla de arroz, la de sepia, la que ya deberías conocer desde su pasado en Alicante. Esa morcilla que da igual lo que le pongas al lado.

El festival de postres lo disfruto gracias a su ligereza, a su guiño final con ese también mítico milhojas de berenjena y ¡porqué no decirlo! Porque no hay mayor placer que compartir mesa con Germán Carrizo y Carito Lourenço del restaurante Fierro y que el último bocado que me lleve a la boca tenga un nombre tan oportuno. Chirivía.

A ver, que te cuento. La valoración final es excelente, el trato por parte de Edurne, antes, durante y después de la experiencia en sí es insuperable y es que ese tour a través de todo el complejo, los backstage, la subida a esa piscina… considero que es parte del encanto del lugar. Creo que venir aquí a comer implica (desgraciadamente) conocer el resto del envoltorio, que es mágico. El trabajo de Jose Luis es muy profesional, a la par que cercano. Quizás incluso demasiado para cierto tipo de clientes. 

Y sobre Nazario ya sabéis mi opinión. Lo admiro. Ahora sí, no sé si este lugar le hace bien, mal, mejor… pero creo que merece mucha más publicidad de la que tiene. Y es que dudo que mucha gente de la que se acerca a este centro de ocio sepa que uno de los mejores cocineros, con estrella Michelin desde que abrió (y con posibilidad de dos), tiene un pequeño rincón para disfrute de los paladares más exigentes. Y eso, me duele.

Lo mejor: Volver a comer puro Nazario
Lo mejorable: Odeón merece mayor publicidad
Lo peor: Fuera de Odiseo, es un páramo absoluto

Odiseo
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