Calle de Loreto, 39
Denia, Alicante
Tel. 865 837 496
Was empfehlen Sie?
Tras varias idas y venidas, cambios de propietarios y demasiados “nosequés” y “nosecuantos”… la segunda taberna más antigua de Dénia vuelve a abrir sus puertas, parece que ahora ya de manera definitiva. Tanto por fuera como por dentro todo sigue igual, manteniendo la esencia de un local abierto desde 1929.
El sitio es chulísimo (como siempre lo ha sido), muy al estilo Casa Benjamín y por ende, muy del rollo de lo que debería ser una bodega, tasca o cualquier lugar que a priori intenta preservar la identidad gastronómica del Miguel Juan de toda la vida, de aquel al que dio vida Miguel Juan Camarasa. Pues bien, lo primero que hará sangrar tus ojos será ver sobre la mesa una carta de papel a modo de manteleta (parece ser la tónica de toda la calle Loreto) en francés y alemán. Sí, como lees, en francés y en alemán.
Pero lo curioso de esta “carta” no es el idioma, que también, sino que aparezca la ingente cantidad de 62 platos de lo más interesantes como huhnchen nugget (nuggets de pollo), les frites (patatas fritas) o black pudding (bunelo de morcilla en español). Si te parecen pocas opciones, también te diré que disponen de dos menús con no se cuantos entrantes y tropecientos segundos donde elegir, todos ellos recitados de viva voz y sin ningún tipo de grabadora o gadget sobre la mesa que te permita transcribir la retahíla de platos. Ahh, también hay varias pizarras colgadas alrededor del local ¡con más tapas, raciones, platos donde elegir!
Pero claro, ¿qué más dará semejante oferta si en cuanto empiezas a pedir… “no queda”, “se ha terminado”, “acabo de servir el último”… o no nos ha dado tiempo a descongelarlo (esto último lo agrego yo)? Las cartas tan largas me chirrían y son sinónimo de lo que todos sabemos, aunque hay material congelado que bien tratado no está nada mal. No es el caso. Si todo esto te parece sorprendente, espérate a que te cuente sobre la carta de vinos. Tienen ocho tintos. Fin.
It’s like a knife that cuts right to my soul.
Only love, only love can hurt like this.
De los entrantes, nada reseñable a excepción de la coca de dacsa, que teniendo buenísima pinta y no estando nada mal, ¡qué lástima ese tomate de brick más frío que la cadena de un columpio! Enmascaraba cualquier atisbo de sabor. Como principales, dos carnes que pasaron el corte más por el punto que por el sabor. Eso sí, lo de repetir guarnición en ambas dos y con unas patatas frías y con pinta de estar en una Gastronorm desde por la mañana… mal no, fatal.
En definitiva, una pena que un sitio con tanta historia y con tanto recorrido haya dado la espalda al concepto bodega, al pescado fresco del día, al que busca un par de tapas y un buen vino en la barra y se haya tirado al barro pensando más en el turista de la Calle Loreto, que en el parroquiano dianense que lo último que busca es unos “Bolonesa Spagetti” en una carta a modo de mantel.
Lo mejor: Entrar y hacer fotos del interior
Lo mejorable: Reducir carta y aumentar calidad
Lo peor: Möchten Sie noch Nachtisch?
Tasca Miguel Juan
Todas las imágenes tienen copyright
No te pierdas nuestra última entrada