Escondido en boca de todos

Camí Vell de Llíria, 93
Valencia
Tel. 635 693 656
www.tavellarestaurant.com

Escondido en boca de todos

Justo donde parece terminar Valencia, detrás del Casino y tras un laberinto de calles, un palacete señorial al que el paso de los años le sienta muy bien. El olor a brasa te invita a entrar, el producto te hará volver.

Yo no se que habrá pasado tras la reforma del local que desde entonces parece que esa mejora visual ha llegado también a una cocina que de por sí siempre ha sido buena, pero que ahora es notable. Se mantiene el producto y la brasa, una combinación que nunca falla, a excepción de aquella vez en la que optamos por un rodaballo salvaje que salió extremadamente seco, e incluso con algunas zonas quemadas.

Dio la casualidad que aquel día Pablo no andaba por el restaurante así que siempre me ha servido de excusa para pensar que un fallo imperdonable como aquel podía ser menos imperdonable. Eso sí, aquella broma de más de doscientos pavos me cuesta olvidarla.

Tavella

Pese a todo y como ya he dicho, el restaurante de Pablo Chirivella siempre ha sido un destino obligatorio en la ciudad, donde se come realmente bien y donde puedes beber aún mejor, bien es cierto que yo personalmente echo de menos la figura de Sara.

Entrar a esta alquería de Beniferri significa deleitarte con esa vitrina de pescado y marisco de la entrada e ir pensando que quieres “pescar” hoy, y es que este va a ser el motivo principal por el que vengas aquí. Ostras, navajas, gambas, cigalas, pulpitos… y piezas de pescado de diferente calibre. Una especie de Bressol pero más grande en cuanto a cantidad, pero no siempre en cuanto a calidad. La carne, estando bien, nunca debería ser la primera opción.

A Tavella se puede venir a probar un muy buen y ajustado menú de brasa o la opción de carta. Si es tu primera vez, te recomiendo encarecidamente el menú, y terminar con un rodaballo (no salvaje obviamente). A partir de ahí, vente y déjate seducir por la vitrina de la entrada y los fueras de carta. El punto del marisco por lo general es sobresaliente, ya sea en las gambas, cigalas… o incluido en unos mega mejillones que todo lo que tienen de tamaño, lo tienen de sabor.

Antes de pasar a los verdaderos protagonistas, una buena manera de empezar es con una fabulosa anchoa del cantábrico, de la que no dejarás ni la espina, y que sólo una vez probada entenderás su precio. A partir de ahí, ya sabes, #productoproductoproducto o incluso alguna que otra cosa de carta igual de interesante por si te apetece cambiar, como la coca de dacsa, el mollete de solomillo y foie o incluso el brioche de steak tartar. También es fabuloso el tartar de atún, tanto que el aliño es excesivo y más propio del steak de carne que de un bocado tan delicado como la ventresca donde desgraciadamente se queda en segundo plano.

Tavella es un restaurante al que dada su ubicación puede dar algo de pereza visitar más a menudo, pero en el que una vez allí te preguntas porqué no ir más de continuo y es que se come muy bien, la sala es muy correcta y Toni hace que el trato sea todavía mejor. Quizás por todo ello cualquier mínimo fallo parece imperdonable. Quizás también por el precio a pagar.

Lo mejor: Con Pablo on fire, la experiencia es notable
Lo mejorable: El punto del pescado no debería fallar nunca
Lo peor: La tabla de quesos no hace justicia a Tavella

Tavella Restaurant Pablo Chirivella
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