Bar Trinchera (Valencia)

Carrer de Pere III el Gran, 12
Valencia
Tel. 686 824 662
www.trinchera.es

¿Está el enemigo? Que se ponga

Cada apertura de un nuevo “bar” en la ciudad es sinónimo de felicidad, así que aunque lo bélico nunca sea algo positivo, viendo la falta de, el Bar Trinchera es una necesidad. Platitos Duralex, cuchillos de mango de plasticurri, bandejitas ovaladas de inox, servilletas típicas madrileñas de las que no secan… aquí merece la pena esperar al enemigo.

Trinchera es el nuevo proyecto de Arturo Salvetti y Marta Castillejo (Ultramarinos Huerta) y nace con una idea clara, comer bien y sin complicaciones. Ocupa el espectacular chaflán del antiguo bar La Maja, un local que daba por sentado que teniendo una buena terraza podía servir cualquier mierder con rulo de cabra y decorarlo con vinagre de Módena. Aquí, se mantiene la terraza, pero la carta ya pinta de otra manera.

Fritura de pescado, croquetas, platos cabanyaleros como la titaina, marineras murcianas, huevos rellenos, esgarraet… y algo de marisco cuando se presta a ello. En definitiva, aquí no vamos a descubrir nada nuevo, pero si a pasar un rato agradable a la fresca, birrita en mano y buenas tapas sobre la mesa. Y digo birra porque aquí las opciones de vino son prácticamente nulas. Las de café también.

La carta se lee fotografía de una pared de azulejos bastante incómoda, todo sea dicho, pero que cambia a menudo. En ella, platos algo más rollo “principales”, como las chuletitas de cordero lechal, apenas seis trocitos con la única guarnición de unos ajos tan quemados que amargan; unos buenos huevos rotos con patatas y atún picante, y un buenísimo bikini de mortadela, trufa y provolone. Ahh, y un brioche de brascada que es un auténtico fail. No porque esté malo pero que este sea uno de los platos más caro de la carta (18 pavazos) me parece un despropósito, y te voy a explicar porqué. Lo primero, por el pan, rebosa mantequilla por doquier. Lo segundo, por la carne, un solomillo de ¿cerdo? que deja bastante que desear y tercero, porque si al menos el jamón fuera de calidad, ya mejoraría con creces el bocadillo. Sorprende que en mi última visita, ya ni apareciera en la lista.

Trinchera tiene algo de Barx, y mucho de Anyora, pero como digo, la bodega es mediocre. No es comparable. En cuanto al servicio, es agradable, pero conforme se va llenando el local (es decir, siempre) se echa en falta algo más de atención, cambiar los platos cada equis tiempo o simplemente que sepan que sigues vivo en tu mesa sin necesidad de advertirlo. No tiene sentido comerte unas albóndigas en el mismo plato donde ha ido cayendo el jugo de las clochinas o que acabes la bebida y que aún no hayas probado bocado.

Sobre el bollo con helado de chocolate, no haré ningún comentario.

En esta trinchera se está muy a gusto, y en la terraza aún mejor. La pregunta es, viendo el interior, ¿qué pasará en invierno? El tiempo dirá, pero si yo fuera una “estufa seta” ya estaría llamando a la puerta. Resumiendo, no estamos ante un simple soldado raso, pero tampoco ante el capitán general del Ejército Hostelero de Tierra (EHT) así que de momento, lo más sensato sería darle al Bar Trinchera, los galones de suboficial y confiar en una futura subida de rango. Hay que ponerse las pilas pero confío.

Lo mejor: La terraza y esa cocina non-stop
Lo mejorable: El servicio
Lo peor: El vino

Trinchera
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