Av. de la Llibertat, 36
Jávea, Alicante
Tel. 966 471 745
www.tularestaurante.com
Como en el salón de casa
Gastronómicamente hablando, Jávea siempre me ha parecido bastante pobre en cuanto a opciones decentes. Mucha playa, mucho turisteo pero a la hora de la verdad “na de na” aunque siempre hay excepciones que se salvan de la quema.
Entrar a Tula es salir vagamente de la zona guiri de Jávea, y digo vagamente porque aún a día de hoy me sigue sorprendiendo coincidir siempre con tanto cliente extranjero en el interior del restaurante. Que no pasa nada, pero me sorprende. Aún así, es atravesar ese pequeño portal de vecinos, sentarte en el salón y saber que pocos sitios más acogedores vas a encontrar por la zona. Apenas cinco mesas, una oferta cambiante y una carta de vinos que aun no siendo muy extensa, me parece diferente, y muy acorde a los platos ofrecidos.
Y luego está el tema precio, y es que pese a la alta demanda por conseguir una mesa, la estrellita, los soles y las mierdas que hacen que cualquier negocio se venga arriba… Tula no se ha subido a la parra y sigue fiel a esa cocina sincera, sin pretensiones y honesta. Eso sí, con una notable mejora respecto a mis anteriores visitas, no sólo en cocina sino en la propia vajilla, cristalería y emplatados. Me gustan los platos icónicos de Borja como su archiconocido taco de hoja de shisho con panceta y anguila, o las fabes (¿reminiscencias de un pasado en Casa Gerardo?) que dependiendo temporada acompaña con una cosa u otra, pero es en los fondos, los guisos, en definitiva, en el cuchareo, donde mayor evolución he visto y donde más disfruto. Y es que aquí, aunque el mar lo tengas a apenas unos metros, son los platos de caza y montaña los que me hacen dejar el plato reluciente.
Lo del hojaldre con suquet de cangrejo azul y el plato de escorpa (que fea es y que buena está la cabrona) en adobo y frita con bullabesa y morros de ternera son un ejemplo de búsqueda constante por parte del cocinero de esos sabores tan profundos, pero lo de el blanquet de pato y foie de esta temporada… ¡¡¡WTF!!! ¿estamos ante uno de esos platos memorables? ¡Joder! Estoy deseando hacerles un pedido online y llenar la nevera de este falso “blanquet” para revivirlo cada noche. Imprescindible.
Con Tula me pasa algo parecido a Saiti. En un sitio tan íntimo, con tan pocas mesas y donde todo es tan familiar se echa en falta a un Borja algo más activo en sala. Hay veces que entra y sale del restaurante como lo haría un repartidor de Glovo y comensales como yo, que lo seguimos desde hace tiempo, nos quedamos con cara de póquer. Pero claro, luego ves a Clara y su eterna sonrisa desde que entras hasta que sales y como que te olvidas un poco de todo. Ella sola se encarga de mantener una sala profesional sin apariencias ni formalismos.
Lo mejor de Tula es que ha seguido siendo fiel a su filosofía y puliendo poco a poco algunos detalles, que sumado a una propuesta gastronómica más evolucionada y un precio muy competitivo te deja siempre con ganas de más.
Resumiendo, en Jávea tienes dos opciones. O te apasionan los currys, tandooris y kebabs, pues no conozco municipio con mayor oferta en restaurantes indios o no le des más vueltas. Cómete un arrocito en La Perla y cena como un rey en Tula.
Lo mejor: Tula sabe y huele a “chup chup”
Lo mejorable: Los quesos
Lo peor: ¿Las vistas desde el ventanal?
Tula Restaurante
Facebook | Instagram | Tripadvisor
Todas las imágenes tienen copyright
No te pierdas nuestra última entrada