Calle Finlandia, 7
Valencia
Tel. 622 03 64 13
www.grupovadebo.es
Va pero que muy de bo
Sin hacer mucho ruido, se ha consolidado en un bajo que parecía maldito, y que con el paso de los años ha ido mejorando de manera notable. Su plato de langosta con huevos fritos, te hará creer que estás en Menorca y sin embargo, estás en Finlandia.
Concretamente en la calle Finlandia, esa calle tan sombría a la que Xavi Climent parece haberle dado sentido desde que decidió apostar por su restaurante Va de Bo. Su cocina ha evolucionado de manera notable, apostando cada vez más por un producto de mayor calidad, menos gilipolleces e inventos alrededor del plato y con unos sabores mucho más auténticos que te hacen desear volver.
La sala, que siempre ha sido su talón de Aquiles, es mejor que hace unos años pero sigue estando varios peldaños por debajo del equipo de cocina, algo que como siempre le he dicho a Xavi, le obliga a hacerse ver y pasearse de vez en cuando por las mesas a ver como anda el percal.
El QR a día de hoy, y en un sitio como este se hace incómodo y para nada estético. Mucho menos si el enlace al que vamos no está actualizado o incluso contiene alguna que otra errata. Va de Bo se merece una carta sencilla pero elegante, donde sea igual de cómodo saber qué quieres beber dependiendo lo que vayas a comer. Ahh, y el all i pebre de gamba, sea roja o blanca, langostino, quisquilla o gambón de boda debería estar siempre presente, hacerlo tuyo, convertirlo en algo único. Y más ahora que lo veo súper elegante, sabroso y con un finalizado en mesa todavía más interesante. Muchos entrantes y bocados más “facilones” como los molletes se han trasladado a su nuevo local, mucho más Informal, aunque ya adelanto que también tiene cabida el buen producto que aquí se ofrece.
En Va de Bo todo está bueno, habrá cosas mejores y otras peores pero no hay nada que no merezca pedir, mucho menos cuando Xavi te ofrece fueras de carta a un precio más que razonable. El pescado está bien resuelto, al igual que las carnes o incluso los arroces, destacando su paella de puchero. Con el marisco también cumple, ejemplo de ello, la gamba roja ya sea plancha o cocida, y lo mejor de todo es que yendo de picoteo también podemos salir bien cumplidos.
Unos buñuelos de bacalao, unas fabulosas alcachofas con gamba blanca o incluso con unas espectaculares albóndigas de chuleta madurada que ya quisiera más de uno. Pide pan y moja que la cosa se pone seria. Más aún si terminas con su ahora ya casi obligatoria langosta con huevos fritos y patatas. Fue de los últimos platos en llegar y parece ser que desde el principio ha sido todo un éxito, y no me extraña. Tamaño ideal, punto perfecto y ojalá algo más de brasa.
Xavi Climent tiene 28 años, dos buenos proyectos en activo y mil ganas de seguir mejorando y ser un referente en la ciudad. Es un tío al que aprecio y más ahora que pese a su juventud, hablo con él y sigue con los pies en el suelo y con las ideas bastante claras. ¿Mi único miedo? Pensar que Informal pueda convertirse desde ahora en el hijo mimado del cocinero y Va de Bo pase a un segundo plano. Espero que no, y más cuando lo difícil ya está hecho y todo está mucho más depurado. Así lo pienso, así lo cuento.
Lo mejor: Su evolución es notable, más aún su cocina
Lo mejorable: El servicio es agradable pero sigue siendo flojo
Lo peor: Poder pensar que su proyecto madre sea ahora secundario
Va de Bo Restaurant
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