Calle de Cervantes, 10
Valencia
Tel. 650 598 391
www.vinorte.es
El último brindis
El concepto “Wine-Bar”, tan prostituido como otros muchos anglicismos y gilipolleces varias parece estar muy de moda, pero como cualquier muletilla no es suficiente con acuñarla y listo, hay que saber demostrarlo y transmitirlo, y sino que se lo digan a NúmeroUno Steakhouse.
Aquí en Valencia, el hecho de irte de vinos no es algo muy común, y aunque opciones hay cada día más, sí es cierto que pocas presumen de lo que Vinorte ofrece, o mejor dicho, ofrecía y es que uno de los mejores locales de vino de la ciudad nos dice adiós, y lo hace para siempre. El proyecto de Iria y César cierra una etapa en la ciudad, y lo hace pasados dos años y medio para continuarla en Galicia, no podía ser otro lugar, y más cuando un pazo, convertido en hotel llama a su puerta. Lo hará el próximo 20 de Diciembre así que hasta entonces, acércate y disfruta del último brindis.
Vinorte se convirtió en muy poco tiempo en un reducto para los amantes del vino, y aunque en mi opinión creo que nunca llegó a alcanzar la fama que merecía, si consiguió una clientela fija y un constante goteo de cliente extranjero que parecía ser el verdadero protagonista de este local, algo escondido y en una calle muy poco transitada, más aún cuando llegaba la noche. Una pena pues otra dirección sería garantía de completos diarios o al menos de que más de uno supiera de su existencia. Es cierto que los precios de algunos vinos estaban algo inflados, y que la comida pasaba a un muy segundo plano, sobre todo en las últimas visitas donde se notaba que la cabeza estaba más pendiente de tierras gallegas que de tierras valencianas. Pero aun así, la calidad de todo lo que aquí he probado es notable.
Ejemplo de ello, la espectacular burrata, una de las mejores de la ciudad y que pediría hasta el mismísimo @eltipoque_ pese a su hartazgo, y con razón. Aunque para algo llamativo dado el concepto de restaurante, sus gyozas de carne o los shaomai de gambón y panceta, muy estilo El Aprendiz o M2M Noodles. Es lo que tiene tener a dos cocineras from Filipinas en la pequeña cocina. Por todo lo demás, lo esperado; laterío, chacinas y alguna que otra tosta sin demasiada parafernalia pero con buen producto. Sí es cierto que se echa en falta una carta más extensa o en su defecto sugerencias del día, algún que otro plato de cuchara o algo más contundente que acompañe a los verdaderos protagonistas del lugar, los vinos, y es que lo que tiene aquí César en envidiable, ya no por bodegas, sino por añadas o rarezas.
Lo dicho, todavía estais a tiempo de ir, de sentaros en la barra, y dejarte aconsejar por Iria. Podrías pedir el libro gordo (y alcohólico) de Petete, pero si quieres un consejo, olvídate y disfruta de las recomendaciones de César. Quizás a estas alturas ya no tiene tantas joyas abiertas, o quizás no se atreva a descorcharlas, pero aún así…
“Abre tu mente, y descubrirás, lo que disfruta la gente de la vidaaaaaaa…” Ya está bien de beber. Un agua, un taxi, y a dormir.
IN VINORTE VERITAS
Lo mejor: La bodega y joyas ocultas de César
Lo mejorable: La carta de comidas se antojaba corta
Lo peor: Hablar en pasado crea morriña…
Vinorte
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