SaboreArte (Gandía)

Calle Rausell, 18
Gandía, Valencia
Tel. 960 051 131
www.saborearte.com

Escándallo, es un escádallo…

En Gandía, capital de La Safor no hay mucho donde rascar gastronómicamente hablando. Sí, parece mentira pero hay que decirlo, y es que más allá de esas arrocerías o marisquerías que viven de rentas, cuesta encontrar sitios que realmente sorprendan o que merezcan la pena el viaje. Hasta hoy.

AVISO PARA INCRÉDULOS:
El conjunto de platos que vas a ver a continuación (incluido el pan y las aceitunas) tiene un precio total de 26€.

En SaboreArte se trabaja con un único menú degustación compuesto por cinco platos y un postre, a voluntad del chef y a mesa completa. No se puede modificar nada, pero sí es cierto que la cocina se adapta según tus alergias, intolerancias o gilipolleces de esas que muchos se inventan. La idea del menú cerrado me gusta, y entiendo que es parte del éxito para tener un precio tan ajustado, y aunque dudo mucho que pueda haber alguien que se queje, creo que sería bueno anunciar esta manera de trabajar más allá de vía telefónica a la hora de hacer la reserva.

Abre el menú una grandísima coca de pisto en la que se nota que ese sofrito tiene muchas horas de chup chup, con sus piñoncitos, su pesto, su todo… y con ello una alcachofa confitada, jamón ibérico y un buñuelo de bacalao. Todo está tan bueno que me sobra el buñuelo, el cual si se sirviera aparte, o incluso como bocado inicial no sólo tendría más sentido, sino que disfrutaríamos de un pase más.

Pocos peros se le pueden poner a la sopa de cebolla con secreto ibérico y huevo poché con las que continúa el menú, justo antes del arroz, ahora ya meloso. SaboreArte sigue “vendiéndose” como un restaurante especializado en arroces, aunque hablando con Carlos me comenta que ahora mismo, por volumen, espacio y equipo le resulta inviable ir preparando arroces secos para las diferentes mesas, cosa entendible viendo el local hasta los topes todos y cada uno de los días, y el teléfono echando humo. Yo el teléfono lo desconectaría durante el servicio, por eso de no molestar a los comensales allí presentes, ni a la pobre Maeva, sola para toda la sala y siempre con una sonrisa en la cara. Y respecto al arroz, no descarto pedirle a Carlos que algún día haga la excepción y me permita ponerle nota a esa especialidad. Eso sí, soy exigente y no me gustan las paellas esmaltadas ;)

Terminamos con un roast beef, una de las pocas recetas inglesas que merecen la pena. Quizás es el plato más flojo, pero igualmente bueno. ¿Le faltaba pimienta a la carne o más fuerza a la salsa? Posiblemente. ¿Se echa en falta ese grill final al milhojas de patata que hiciera el primer bocado crujiente? Probably. ¿Se nos ha ido de las manos el tema de las campanadas y el vestido de la Pedroche? Rotundamente sí.

Venir a SaboreArte es darte cuenta de como te toman el pelo en muchos otros restaurantes donde con mucha menos cocina, mucha menos profesionalidad, peores emplatados… y en definitiva, mucho menos de todo, siguen multiplicando sus platos por ese famoso x2,5 casi 3. Claro que aquí no vas a toparte con una gamba de Dénia o con un rémol salvaje del Mediterráneo, ni tampoco con una cocina compleja o que te cambie la vida, pero sí vas a encontrar algo que a día de hoy cuesta encontrar en otro tipo de locales. Honestidad.

Carlos, Rocío, Maeva… gracias por tanto.

NOTA: La última foto dulce pertenece al obrador Macadamia, pastelería del mismo equipo a menos de cinco minutos del restaurante.

Lo mejor: Más por menos es inmolarse
Lo mejorable: La web y las RRSS necesitan actualizarse
Lo peor: ¿Que las lamparas me den en la cabeza?

SaboreArte
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