Albacora (Valencia)

Marina Real Juan Carlos I Dársena Sur – Módulo F3
Valencia
Tel. 605 932 066
www.restaurantealbacora.com

De la familia y para la familia

Tras el cierre de su mítico restaurante, Alejandro del Toro decidió dar un paso al lado, alejarse un poco de los focos de la “alta gastronomía” y empezar un proyecto más familiar, tanto para él como para su público. Eso sí, casi donde acaba Valencia. Así es Albacora, lo nuevo de Alejandro y su FAMILIA.

Albacora se sitúa en la zona de Marina de Valencia, pero no en la que hay vida y pasan cosas, sino en la otra, la de enfrente, al otro lado del Veles i Vents., justo donde estaba el Restaurante Sausalito, una porquería de sitio, al que ibas únicamente a tomarte una birra, hacerte una foto y hacer tiempo para acabar en el también extinto Vinícolas de mi querido Raúl Aleixandre, ahora en Mimar (reseña en breves). Esto tiene sus pros y sus contras. Lo mejor, es que una vez estás sentado frente a esos ventanales y con esas vistas, no quieres marcharte. ¿Lo peor? Pues que preferirías quedarte tirado con el coche en alguna carretera del Valle de la Muerte.

Para mí es imprescindible reservar mesa en uno de los ventanales, sólo así tendrás esa sensación de estar comiendo sobre el mar y sólo por eso, ya habrá merecido la pena. Por lo demás, los que conocemos la cocina de Alejandro notaremos cierto “bajón” y es que aquí estamos ante una carta mucho más sencilla, con platos más de la terreta y que podemos encontrar en la mayoría de restaurantes de esa misma liga. Buen producto, a veces con unos acompañamientos que no se entienden, unos precios muy ajustados y en general, una estética mucho más informal de la que deberíamos esperar en un sitio así, como lo de las servilletas de papel, las manteletas.

De un sitio con este nombre, te esperas algún plato icónico que haga honor al mismo. Yo lo más parecido que he encontrado es un tartar de esos que gustan a la gente que no le gusta el tartar de atún, es decir, con demasiados toppings. No te esperes ni de lejos algo parecido a lo de El Bressol.

Me gusta la ensaladilla rusa, pero me sobran esos saladitos de segunda. Y lo mismo me pasa con la titaina, se nota el tiempo del sofrito haciendo chup chup, pero mas que una titaina como tal, parece la deconstrucción de un pepito típico valenciano, con su huevo, su pan… pero no entiendo lo de las patatas ni la salsa mery.

¿Adónde quiero llegar? Pues a que disfruto más cuando el recetario de Alejandro es más puro, sin parafernalias, que cuando lo empezamos a llenar de cosas. Lo del crujiente de espárrago o las samosas de rodaballo con ¿sweet chilly? Esa salsa la quiero en el chino del barrio, no en un sitio de producto y puramente valenciano. Los arroces, aunque ahora ya sólo pueden ser melosos siguen estando muy buenos, como siempre. Sabrosos, al punto y servidos en un perolillo de hierro fundido de los de toda la vida, de esos de Los Fogones Tradicionales de Canal Cocina.

Yaneth, en la sala, lo intenta pero conforme el local se va llenando, tanto ella como sus compañeras se desbordan, la atención pasa a un segundo plano, y las comandas se demoran. Eso sí, siempre con una sonrisa en la boca. Aunque lo de rellenar las cervezas mal tiradas con espuma de una jarra…

A ver, en Albacora no se come mal ni mucho menos, pero viniendo de dónde venimos pues esperamos algo más, sobre todos en ciertos entrantes donde o falta algo o sobra algo, es decir, no son redondos. Pero claro, luego te ves allí sentado, con esas vistas, comiendo mucho mejor que en cualquier otro de las muchas porquerías frente a la Malvarrosa y con mejor precio, y dices, pues si voy a uno, pues tiene que ser aquí. Esas vistas a ese precio suman y mucho.

Lo mejor: Comer sobre el mar (literalmente)
Lo mejorable: Esa manteleta y esas servilletas
Lo peor: Detalles de ciertos platos. Incomprensible

Restaurante Albacora
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