Calle de la Mascota, 17
Valencia
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¿Continente sin contenido?
Tras años de trabajos, permisos y licencias varias, es en la antigua imprenta Vila donde ha nacido el Mercado gastronómico más grande de Valencia con una veintena de puestos.
El cierre del Mercado de San Valero y Convent Carmen dejaron a Valencia con el vacío ese de porqué una ciudad como la nuestra no puede tener mercados al más puro estilo San Miguel de Madrid o del innombrable (y amenazador) Mercat de Peix de Menorca. El Grupo Mercabanyal parece haber encontrado la tecla y afianzarse en la zona cabanyalera con su buenrollero Mercabanyal, del que hablaremos próximamente y de su inminente Mercader.
Pero hoy toca hablar del último en llegar y cuyo “hype” sigue estando en boca de todos, pero ¿cómo plantearse meterte allí en plenas Fallas o Semana Santa? En fin, el sitio es chulísimo, las cosas como son y el hecho de conservar la estética no sólo de la infraestructura en sí sino de los propios puestos es un punto muy a favor. El trabajo realizado por parte de Juan Albert Cirujeda y David Núñez, socios de Salvaje, es simplemente espectacular.
El apartado gastronómico propiamente dicho es otro cantar y como suele pasar en la mayoría de sitios parecidos resulta caro, incómodo y la calidad del producto y atención de ciertos puestos es muy cuestionable, pero vayamos por partes.
1 ¿Por qué es caro? Pues por el simple hecho de pagar un precio similar al de un restaurante pero siendo autoservicio y con unos cubiertos y platos de usar y tirar. Si encima la calidad flojea… punto 3.
2 ¿Por qué es incómodo? Porque el límite de aforo dista mucho del número de taburetes, mesas y/o barras operativas para poder comer de una manera normal.
3 ¿Qué pasa con la quality? Pues que al igual que hay puestos cuya calidad no se ve muy mermada, véase puestos de chacinas, encurtidos, laterío o dulces, hay otros en los que ver el aspecto de ciertos montaditos, arroces y sobre todo frituras dista mucho del resultado final. Si a eso le sumas que muchos no tienen ganas de trabajar…
Pero entonces, ¿cuales son los pasos a seguir? Pues te cuento. Lo mejor es que os juntéis 3 o 4 personas a eso de las 19:00 y os apalanquéis en alguna de las barras centrales con los taburetes “wenos”, los del respaldito blanco, y ahí ya sabéis que al menos dos miembros del equipo tienen que quedarse SIEMPRE en plan security. Los otros dos empezarán la ruta, primero de bebidas en la barra central y en un futuro próximo, nunca más allá de las 21:00, por los diferentes puestos, recoger módulos vibradores y esperar desde tu mesa el “beep beep” pero siempre sentado y cervecita en mano.
Si te organizas así y pides cosas sencillas para un picoteo bien, la verdad es que el lugar se presta a que la experiencia con los colegas no sea del todo negativa porque además, tanto el staff que se encarga de recoger las mesas, como el de la limpieza del recinto y de los baños es bastante profesional.
Ahhh por cierto. Este no es el mejor sitio para blanquear dinero y es que resulta acojonante lo difícil que puede llegar a ser pagar en efectivo en algunos puestos. He llegado a pagar 4,20€ con un billete de 10€, preguntarme si no tenía nada más pequeño y al final devolverme 6€ porque no tenían cambio. Y no te hablo de un único puesto….
Lo mejor: El trabajo de diseño e interiorismo
Lo mejorable: A partir de las 20:00, todo empeora
Lo peor: Tema pagos y cambios en efectivo
Mercado de la Imprenta
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